Fiebre

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Naruto suspiró ahora quedaba solo bajarle la fiebre a Sasuke, miró a Aoda.

— ¿Ahora que deberiamos hacer, Aoda?— preguntó Naruto a la Serpiente.
— Deberíamos bajarle la fiebre al amo Sasuke— contesto Aoda muy serio.
— El arbol que está afuera es un sauce, debe haber un río o un lago por aquí cerca — comentó Naruto y salio a revisar.

— Aoda...

La serpiente reptó hacia su amo, quien lo llamaba debilmente.

— ¿Naruto? — preguntó Sasuke.
— El Hokage salió a buscar agua, para bajarle la fiebre.
— Ya veo... ¿que tan mal estoy, Aoda?— preguntó Sasuke.
— Grave, en peligro de muerte, amo.
— ¿Naruto lo sabe? — pregunto Sasuke acariciando suavemente la cabeza de Aoda con sus dedos.
— Sabe que está muy debil, pero no creo que tenga noción de que si Taka no llega en los próximos 2 días... usted morirá Sasuke-sama.
— Así que solo tengo 2 días Aoda...
— Si, por tratarse de usted. Otro humano habría muerto a la media hora. El veneno que corre por su cuerpo es de acción rápida y letal. Está diseñado para detener la actividad muscular de manera progresiva, primero detendrá sus músculos de brazos y piernas, luego la musculatura respiratoria y finalmente su corazón dejará de latir. Y consciente de todo.
— Suena como una muerte tentadora — sonrió Sasuke.

Aoda lo miro con seriedad.

— El antídoto universal le va a regalar un día extra... probablemente.
— Es decir que me quedan 3 días de vida.
— Si Taka no llega antes, probablemente si.
— ¿Cuanto se demora Orochimaru en preparar un antidoto para un veneno nuevo?
— Una semana aproximadamente — Aoda siseo.— Pero si tiene el antídoto listo para este tipo de  veneno, Taka puede regresar antes de los 3 días.

Sasuke continuó acariciando a Aoda y sintió como la punta de sus dedos de manos y pies se dormía.

— ¡Sasuke! — gritó Naruto — ¿te sientes mejor?
— Si, un poco mejor, gracias Naruto.

Aoda ahogó un gritito. Su amo había decidido que no iba a contarle el Hokage acerca de su gravedad.

— Dejame ver si aún tienes fiebre — dijo Naruto acercando su mano a la frente de Uchiha — Si estás hirviendo en fiebre. A ver...

Naruto deslizó el mechón rebelde que cubría el cabello de Sasuke, y puso su frente junto a la de su amigo.

— Tenía razón, no te ha bajado ni un grado — dijo Naruto y miró a Sasuke a los ojos.

Uchiha no pestañeó ni un poco, ni se alejó. Ni le dijo una pesadez, solo se mantuvo ahí mirándolo. Naruto pudo ver como en las pestañas de su amigo había pequeñas gotitas de agua.

Naruto tomó suavemente la nuca de Sasuke y juntó aún más sus frentes.

— Teme, vamos a salir de esto. Te llevaré a Konoha conmigo para que puedan curarte. Solo espera, Taka vendrá y te pondrás mejor.
— Naruto... — murmuró Uchiha y cerró los ojos ante el contacto, gesto que a Naruto le pareció muy íntimo y se sonrojó. Por suerte Sasuke no lo había visto.

Pero Aoda si.

Se quedaron un momento inmóviles. Hasta que el Hokage notó la respiración agitada de Uchiha.

— Te voy a llevar a que te des un baño, asi te vas a refrescar y te bajará un poco la fiebre.
— Gracias, dobe— sonrio Sasuke.
— Eres muy agradecido cuando estas enfermo, Teme, es extraño verte así.
— Solo estoy débil y cansado, Naruto, aun te puedo patear el trasero.
— Eso suena más como tú — rió Naruto.

Sasuke se intentó levantar pero perdió el equilibrio. El adormecimiento avanzaba por los dedos de sus pies.

— ¡Sasuke! Déjame ayudarte — lo sujetó Naruto.

Veneno de Tres DiasWhere stories live. Discover now