Por el Resto de mi Vida | Emiliaco ; OS

PERDMV

Reproduzcan cuando quieran :)

4:18pm

Emiliano narranding

-¿Estas en casa, Eli?

Dio un sonido afirmativo

-¿te espero con algo de comer? –Reí levemente

-No gracias, iré al mandado, luego tengo que pasar buscando unas cosas para la despensa de mi casa y mi mama no quiere que llegue tan tarde

-Muy bien, aquí te espero entonces, Mailo

-No es necesario que esperes tanto, ya estoy cerca

-Ay, chamaco este... -Volví a reír –apúrate entonces

Colgó

Estaba decidido, hoy por fin tome suficiente valor para pedirle permiso a Eli de que mi Joaco se case conmigo.

Será la segunda en enterarse, la primera fue mi mamá, que se puso como loca y casi se desmayaba. Pero me apoya. Llevo el anillo en el bolsillo para demostrar la "seriedad" del asunto.

Tal vez Eli lo tome a broma, ya que me conoce y sabe que nunca tomo nada en serio, pero esto sí, es una gran paso a una gran y nueva etapa para mí y para Joaco.

Un compromiso serio y verdadero. De unir nuestras vidas para siempre.

Y yo quiero esto.

Quiero pasar el resto de mi vida con él.

Hace no mucho tuvimos una pelea fuerte, llegó al punto de irse de nuestro departamento y no he sabido de el hace una semana, quiero, en parte, disculparme con esto. Darle la sorpresa.

Porque, en esta ocasión, el detonante de la pelea fui yo

Él volvió a la casa de Eli, y yo no me quería quedar solo, por lo que volví a la casa de mi mamá.

Llegue al edificio de apartamentos donde Eli vivía y entre. Las manos me sudaban, el corazón se me salía del pecho y la cabeza comenzaba a darme vueltas.

Bufe y tome el elevador para subir al piso donde ella estaba esperándome, lo más seguro con comida. Al llegar al piso correspondiente busque el departamento.

Al estar enfrente de la puerta saque la cajita azul y la examine, mientras mil escenarios de la reacción de Eli se formaban en mi mente.

En uno lloraba de la emoción.

En otro me cacheteaba.

En otro se desmayaba.

En otro gritaba...

Eran muy variados.

Suspire y toque la puerta mientras guardaba la cajita en el bolsillo de mi pantalón, otra vez

-¡Voy! –se escuchó desde adentro, era ella

Abrió la puerta y abrió la boca, como con sorpresa

-Hola –dije sonriendo

-Ay Dios, se me olvidaba que eras bien altote –me reí –Pero pásale –la salude con un beso en la mejilla y entre

-¿Estás sola? –Asintió

-¿Quieres algo de tomar o comer?

-No, gracias. De hecho prefiero ir al grano.