Conociendo a otro Baek.

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SiempretuyoJongIn.

Primera cosa que llamó su atención. ¿Cuarenta mil seguidores? ¡Omg! No es que él estuviera muy seguro de hasta cuántos lectores se consideraba mucho o poco pero en su opinión eran bastante. Sí sabía que para llegar a esa cantidad tenía que haber estado activo en la aplicación por varios años.

Fue a la lista de obras de SiempretuyoJongIn. Casi cincuenta libros. ¿Qué? Accedió a la lista y comenzó a pasar los títulos. Todos contaban con miles de lecturas, cientos de "me gusta" y muchos comentarios. Buscó las fechas, las primeras historias tenían casi seis años, tal y como lo sospechara.

"Majadero impertinente"
Hyung, ¿por qué te fuiste de
esa manera? No me dejes
pensando miles de posibles
respuestas. Dame una real,
no esa débil excusa.

Lo segundo en lo que se fijó fue en las historias con pequeños símbolos de dólar en el costado. Monetizaba alguno de sus libros, los más recientes de hecho. Eso era una buena cosa. ¿De qué vivía Baek? Se preguntaba, por segunda vez, esa noche.

JongIn bajó del autobús y se dirigió a casa, tomó un baño rápido en lo que su teléfono se cargaba y se tiró a la cama para continuar con su análisis. Él era el protagonista de todas las historias, o mejor dicho, ellos eran los protagonistas. Leyó las sinopsis.

Había sido de todo: policía y barrendero, militar y granjero, juez y pescador, astronauta y minero, maestro y bombero, CEO millonario y mesero, incluso ciudadano norcoreano. El espectro iba desde soltero, novio, casado, divorciado y viudo... con tres niños y un perro.

Y no se limitaba solo a su condición humana, también fue elfo, brujo, vampiro, hombre lobo y hasta extraterrestre con poderes increíbles como la telepatía y la teletransportación. En su aspecto más oscuro caracterizó mafiosos, peleadores callejeros, ladrones, hacker, asesinos, psicópatas, violadores de menores y, como un karma, alguna vez fue violado en una cárcel de hombres, quedando completamente traumatizado y fan del sado hard.

Poseyó una amplia gama de habilidades: gran maestro de cocina, médico eminente, ganador del Premio Nobel, medallista olímpico, pintor reconocido, idol de boyband de moda... Los contraste iban de la mano: eminente científico y adolescente con discapacidad cognitiva, esclavo ganado como botín de guerra y rey de Goryeo, diseñador de moda y artista marcial.

Todo esto le resultaba fascinante a JongIn.

Recordaba a Baek como un niño curioso, preguntón y hasta un poco chismoso. ¿Pero qué niño no lo era? La diferencia de edad con respecto a Suho era grande y, como este lo llevaba siempre consigo, el pequeño estaba rodeado de chicos mayores que hacían y hablaban de cosas de chicos mayores, teniendo ellos en ocasiones que explicarle asuntos no muy aptos para su edad pero que el niño no entendía y por los cuales los martirizaba hasta que obtenía una respuesta.

Sin embargo, este derroche de imaginación era totalmente nuevo. Cuántas imágenes diferentes, complejas escenas, situaciones y enredos únicos habían tejido esa cabecita en los últimos años. Era asombroso. Tenía mérito.

"Majadero impertinente"
Hyung, hoy el día está gris.
El canal del clima dice que
hay un tiempo precioso.
No les creo.

"Majadero impertinente"
Hyung, una palabra, solo una.
¿Estás enojado conmigo?
No logro enterder sobre qué
Pudiste enojarte tanto conmigo...

Baek usaba sus nombre reales en los libros, sin apellidos. La clave del éxito podría ser la construcción de personajes. Si bien tenían siempre el mismo nombre, sus rasgos y personalidad, así como detalles distintivos, serían la diferenciación. Entonces, JongIn decidió probar su teoría.

Hyung. La espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora