Los esplendorosos pilares rodeados de piedras preciosas iluminaban los pasadizos del reino más rico, poderoso e importante de toda la tierra media; Erebor, se dejaba ver ante el sol que poco a poco crecía en el horizonte.
Desde muy temprano, los ena...
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Los majestuosos salones de Colinas de Hierro se posan imponentes ante la mirada de varios representantes de las seis casas restantes, quienes entraban con pasos pausados hacia el salón principal del rey, donde se encontraba Thorin y Dain, esperándoles.
Al entrar cada representante hacía una reverencia al rey de Colinas y a Thorin, los dos respondían de igual forma. Acto segundo, todos se sentaban en unas sillas de madera sólida junto a una gran mesa rectangular, donde en la punta se encontraba Dain y a su derecha Thorin. Las barbas largas de los enanos reposaban en la mesa del mismo material que de las sillas, todos en silencio observaban a los dos enanos que se encontraban en la punta de la mesa.
—Bien! ¿Porqué nos han llamado? —pregunta uno de los enanos. Dain se levanta mientras sacude polvo imaginario de su barba larga y pelirroja mientras aclara su garganta.
—Mi primo... Thorin... ocupa la unión de sus servicios... —responde, hubo un cuchicheo entre los enanos mientras un Thorin impasible los miraba tragándose las ganas de callarlos de la manera en que él conocía y que era más efectiva.
—Unión de nuestros servicios?? ¿Y eso por qué? —pregunta un enano anteponiéndose a las voces de los otros, Dain mira a su primo en señal de que es la hora de que él sea el que hable.
Thorin, respira profundamente mientras se levanta de su silla, rápidamente todos los enanos callan y le observan con atención, esperando que el hijo de Thráin y futuro rey en exilio de una de las casas mas imponentes y poderosas de todos los reinos y ejércitos enanos; hable. El príncipe observa cada cara, cada estampa de cada enano presente, los mira lleno de orgullo por formar parte del reino mas importante, pero que ahora está perdido bajo las escamas de ese gigantesco animal. Thorin vuelve a respirar profundamente esperando que su pesimismo sea erróneo y que las seis casas le brinden el apoyo que él necesita para esa gran misión.
—Te escuchamos muchacho... —habla uno de los enanos presentes, de barbas largas y pintadas en blanco al igual que el poco cabello que le cuelga en su cabeza. Pero es el más sabio de los que se encuentra ahí presentes, claro está, no mencionando que es el más testarudo de todos los presentes. Thorin asiente mientras su primo se sienta observándole.
