Redux (traducción) ABDL

Capitulo 15

Dean suspiró en la cálida almohada y se permitió el placer de un lujoso estiramiento de cuerpo completo. Las mantas que lo envolvían eran cálidas y suaves y olían a menta y lavanda. Mantuvo los ojos cerrados y disfrutó de la suave quietud matutina que lo rodeaba. De repente se le ocurrió lo extraño que era. Por lo general, ya podía escuchar a las enfermeras y técnicos despertando a los pequeños en las habitaciones contiguas a la suya. Las mañanas comenzaban temprano en Bede Memorial Home. No era raro escuchar llantos quisquillosos y estrépito matutino. Preparar una casa llena de pequeños para el día fue un trabajo duro.

¿Dónde estaba todo el ruido?

Los ojos de Dean se abrieron de golpe y miró a su alrededor en un confuso aturdimiento. ¿No estaba en su habitación? Su móvil de conejito no estaba allí. Ni siquiera estaba en su cama especial con rieles bajos hacia la parte superior. Estaba recostado en un sofá gris regordete con varios afganos peludos a su alrededor. Mopsy estaba acurrucado en su brazo y Spark cubría su pecho. Eran los últimos lazos de familiaridad que tenía. Todo lo demás a su alrededor era nuevo y extraño.

¿Donde estuvo el?

Los frágiles recuerdos de telaraña flotaban en su mente aterrorizada mientras recordaba lentamente los eventos de la noche anterior. Cas? ¿Estaba realmente en su casa? Era difícil creer que un médico brillante y exitoso tuviera la paciencia, y mucho menos el deseo de llevarse a casa a un bebé llorón y jodido. ¡Ni siquiera era un pariente! ¿Por qué no lo había dejado con Missouri?.

Dean se enderezó bruscamente. Se sintió agarrado a los afganos como un escudo. Algo tiró de su camiseta. Un chupete de color verde lima estaba sujeto al frente. Una pequeña calcomanía de una rana de dibujos animados le sonrió. Dean se sonrojó y se lo quitó de la camisa. ¡No lo necesitaba!

El ruido suave de la cocina hizo que Dean se congelara. Olió los cálidos olores del desayuno que de repente le robaron la atención. Cas estaba preparando el desayuno. Su estómago retumbó mientras consideraba lo que podrían significar los olores. ¿Huevos? ¿Embutido? También había algo dulce. ¿Panqueques tal vez?

Dean trató de levantarse del sofá. Quería ir a ver la comida. Sería astuto. Cas probablemente ni siquiera lo notaría.

Dean estaba en el suelo, aturdido y herido antes de darse cuenta completamente de lo que había sucedido. La manta estaba enredada a sus pies, manteniéndolo atrapado y miserable en la alfombra. Su barbilla palpitaba donde había golpeado contra el suelo y su nariz y ojos ardían por las lágrimas. Contuvo un sollozo de sorpresa y se frotó los ojos húmedos con el puño. Ni siquiera dolió tanto. ¿Por qué estaba llorando? Debería estar llorando. ¡Se había tropezado! No era como si fuera el fin del mundo.

"¡Oh, cariño, está bien!" Manos cálidas y suaves lo levantaban y lo acunaban cerca de un cofre ruidoso que olía a menta y miel. "¿Te caíste del sofá y te golpeaste la cabeza?" Dean asintió miserablemente en el cálido abrazo. Todavía se estaba ahogando con las lágrimas. "Está bien, cariño. Vamos a conseguirte una frazada y nos sentaremos juntos un rato."

Dean dejó que Cas le pusiera una manta y los recostó contra el sofá. Mantuvo su rostro escondido en el cálido consuelo del abrazo de Castiel. Su barbilla realmente ya no le dolía, pero no estaba de humor para mirar hacia arriba y reconocer que estaba siendo un bebé grande con esto. Técnicamente no era Pequeño, pero seguro que no se sentía lo suficientemente grande como para lidiar con el hecho de que un hombre al que apenas conocía lo hubiera llevado a su casa. ¡Estaba siendo una molestia! ¿Por qué Cas lo querría aquí? ¿No le estaba causando suficiente trabajo?

"Dean, ¿eres grande ahora?"

Dean finalmente levantó la cabeza lo suficiente para mirar a Castiel tímidamente con un ojo. El hombre le sonreía con tanta comprensión. El cuello y la cara de Dean se sentían incómodamente calientes. Cas siempre parecía saber exactamente lo que estaba pensando.