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Ya habían llegado al recondito Forks después de horas, era domingo por lo cuál tenían un día de descanso, la casa ya estaba remodelada como su antigua casa en Corea, sus padres se habían encargado de todo, y justo ahora estaban en la sala comiendo

-Bueno niños, ¿que tal si van a salir un poco? —propuso su padre—
-Si, sería bueno que conociesen Forks un poco antes de ir a la escuela —dijo su madre alegre—

Tomoe miró a Tomoyo y este sólo rodó los ojos asintiendo

-No tardamos —dijo Tomoe agarrando de vuelta su chamarra y Tomoyo haciendo lo mismo para salir al frío Forks—
-Tomense su tiempo si quieren, apenas son las nueve de la mañana sólo procuren venir antes de las 9 pm —dijo su madre—

Sólo asintierón y salierón con sus chamarras ya puestas

-¿Crees que quieran ocultarlo o ignorarlo? —dijo Tomoyo a Tomoe una vez estando un poco lejos de su nueva casa—
-Tal vez ambas, la abuela dijo que tuvo un sueño donde aquí encontrabamos algo que nos cambiaría para siempre —dijo Tomoe con un tono serio—

Los mellizos no eran así, no, eran demasiado alegres, pero sabían que tenían que estar alertas ante cualquier cosa, no sabían que era eso que su abuela vió en su sueño, pero tampoco quiso decirlo, su abuela tenía el don de ver visiones, pero sólo en sueños

-Es extraño todo esto, digo, ¿que puede hacer cambiar la vida de los dos y más en un pueblo como este? —pregunto Tomoyo a su hermana—

Ella suspiró

-No lo sé, ¿Quiletes? ¿Chupasangres? No me importa cual de los dos sea, sólo quiero saber que es lo que pasa, necesitamos contexto y ni papá ni mamá nos lo van a decir hasta que nosotros lo descubramos por nosotros mismos —dijo Tomoe frustrada—
-No me gusta esta vibra pesada Tomoe, tú y yo no somos así, sólo esperemos que algo pasé, ok? Por ahora sigamos siendo nosotros, mira una tienda, ¿que te parece si compramos gomitas y nos olvidamos de todo esto? —propusó Tomoyo sabiendo cual sería la respuesta de su melliza—
-Ok, vamos —dijo Tomoe sonriendo y agarrando a Tomoyo del brazo para ingresar a la tienda y comprar sus preciadas gomitas—

Volvierón a casa después de eso, el ambiente estuvo menos pesado y pasarón el resto del día en familia junto sus padres, antes de entrar a la escuela

AL DÍA SIGUIENTE

Bip, bip anunció la alarma de ambos, Tomoe quien estaba más cerca de ella, aún adormilada tanteo con su mano hasta llegar a la alarma, agarrarla y tirarla al suelo, podría haberla quemado o congelado, pero no estaba en sus cinco sentidos en esos momentos, así que se lamento de no haberlo hecho cuando la alarma no dejo de sonar, gruñió enojada, al igual que su hermano al ser despertado por la escandalosa alarma

-Esta porquería —dijo enojado Tomoyo y alzó su mano hacia el suelo e inmediatamente de su mano empezó a emergir hielo para que este salga disparado a la alarma apagandola al instante—
-Gracias —dijo Tomoe levantándose mientras se limpiaba la cara con la mano y se estiraba, Tomoyo imitando su acción—
-Chicos, el almuerzo ya está listo, bajen!! —escucharón un grito de su madre desde la cocina—

Inmediatamente los mellizos empezarón a alistarse, Tomoe entró al baño y se ducho, al terminar, entro Tomoyo y Tomoe empezo a vesitirse, para cuando Tomoyo salió, Tomoe lo estaba esperando afuera para que tuviera privacidad al vestirse,  y así lo hizo

Bajarón a la cocina una vez listos, su madre les sirvió el almuerzo mientras su padre leía el periódico

-¿Descansarón bien? —preguntó su madre alegre —

Su madre era alguien alegre, pero tranquila, ordenada y con un tono de voz calmado. Su padre era un poco más serio pero en confianza era bromista, su tono de voz era ronco y grave, pero no llegaba a intimidarte a menos que no lo quisiese. Probablemente lo bromista de los dos lo sacarón de su padre y lo alegres de su madre, aunque era obvio que los chicos eran mucho más alegres

-Pues pudimos dormir que ya es ganancia —dijo Tomoyo bromeando a lo que todos en la cocina rierón—
-Bueno niños, ya estan inscritos en el instituto, lo único que tienen que hacer es ir a las oficinas y pedir sus horarios —dijo su padre terminando de tomar su café y levantandose para ir a su trabajo—
-Entendido/Si —dijeron los mellizos al unísono—
-Bueno, ya me voy que se me hará tarde, nos vemos más tarde, suerte niños, adios amor —dijo besando a su madre para después irse—
-Ara ara, sayonara! —dijo su madre—. Bueno, ¿ya terminarón?
-Si —dijo Tomoe para entrar al baño que estaba en la planta baja—

(...)
-Bueno, que les vaya bien, se cuidan y no hagan nada malo, no hagan lo que ya saben que y si ven o sienten algo inmediatamente me llaman —dijo su madre—

Los mellizos sólo bajarón del Mercedes Benz GLE, y se despidierón de su madre, tan pronto bajarón su madre se fue hacia su trabajo, las miradas de todos se posarón en los mellizos, lograrón escuchar comentarios como: “Que lindos que son”, “¿De dónde son?”, “Que hermosos cabellos pelirrojos”, “Ya quiero saber sus nombres”, “Me voy a ligar a la chica”, “¿Hay más nuevos?”, Tomoyo y Tomoe se vierón entre sí y rodarón los ojos, sólo avanzarón y entrarón al instituto bajo la mirada de los humanos adolescentes, entrarón a lo que suponierón es la oficina y vierón a una mujer de no más de 50 años sentada en un escritorio viendo unos papeles

-Disculpe, emm.. —dijo Tomoe intentando llamar la atención de la señora frente a ellos—

Ella subió su mirada hasta ellos, e inmediatamente les sonrió

-Oh, hola, ustedes deben ser los Ki, un gusto, yo soy Grace Rogers, la secretaria, les daré sus horarios, sus números de casillero y las llaves de estos —dijo amablemente para empezar a buscar algo entre su escritorio—. Aquí estan —les tendió todo lo necesario a lo que los mellizos agradecierón a la señora con una reverencia y salierón de la oficina—
-¿Que casillero te tocó? —preguntó Tomoe a su hermano—
-El 64, tú? —preguntó Tomoe viendo a su hermana—
-63, estamos juntos —sonrierón al saber que estarían juntos—

The Greatest -Jasper Hale-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora