Extra 8.

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París, Francia. 

—¡Jinsoulie! —el sonido de la aguda voz de Jungeun resonó por todo el jardín. Algunas personas voltearon al escuchar el ruido, sin embargo, estaba completamente segura de que no entendían lo que decíamos, y daba gracias a ello. 

Mi esposa corrió rápidamente hacia mí y se colgó de mi cuello haciéndome reír, casi tirando las crepes que tanto me habían costado conseguir en el proceso.

—¿Qué pasa, Lippie? —le pregunté, separándome un poco para entregarle su crepe. 

Ella la recibió gustosa con su mano derecha mientras mantenía el agarre de su mano izquierda en mi cuello. 

—Te extrañé. ¿Por qué tardaste tanto? —murmuró, mordiendo un pedazo del delicioso postre.

—Lo siento, la fila era extremadamente larga. 

Y no mentía cuando lo decía, había tardado atrapada en ella 36 minutos exactamente. 

—Está bien, no importa. ¿Nos tomamos una foto? —cambió de tema rápidamente, demostrando aquel entusiasmo propio en ella.

—Amor, tienes toda la cara cubierta de chocolate.

—No importa, puedo limpiarme —con una sonrisa, sacó su lengua y empezó a lamer el chocolate de sus labios. 

Antes de que pudiera decirle que aún tenía chocolate en el rostro, ella se acercó animadamente a una pareja de chicas que iba caminando tranquilamente y les habló.

—¡Hola! ¿Pueden tomarnos una foto, por favor?

No obstante, pareció olvidarse de que no nos encontrábamos en Corea, y por ende, las personas aquí no hablaban coreano. 

Las dos chicas se miraron mutuamente confundidas y me aventuré a salvar a mi chica.

¡Hola! Queríamos saber si nos podían tomar unas cuantas fotos aquí, por favor —interrumpí las mímicas de Jungeun, hablándoles un poco de inglés que había aprendido gracias a Hyunjin.

Una de las chicas, castaña y de ojos achocolatados, inclinó su cabeza y negó lentamente con expresión confusa, demostrando así que no tenía idea de lo que decía. No obstante, la chica a su lado, rubia y de ojos verdes, asintió con una sonrisa y estiró la mano para que le pasara la cámara que tenía atada alrededor del cuello.

Por supuesto —accedió inmediatamente.

Le sonreí de vuelta antes de caminar hacia Jungeun, quien ya había acabado con más de la mitad de su crepe y su cara aún embarrada de chocolate.

—Ellas nos tomarán algunas fotos, Lippie. ¿Lista?

—¿Contigo? Siempre.

Sonreímos mutuamente y escuchamos el sonido de la cámara al momento de fotografiar. Ambas volteamos hacia la chica de ojos verdes, quien nos dirigía una sonrisa apenada.

Lo siento —se disculpó en inglés—. Pero sentí que era la fotografía perfecta.

—Descuida.

Jungeun me observó nuevamente y no pude evitar soltar una carcajada. 

Mi esposa era como una niña aún. 

Su nariz, mejillas y parte de su barbilla estaban untadas de chocolate, y mientras masticaba me dirigía una mirada tan inocente... Era sumamente adorable.

—¿Qué?, ¿qué pasa?

—Otra vez te manchaste de chocolate.

—No es mi culpa. Es culpa de esta tonta y deliciosa crepe —farfulló con una mueca, moviendo el postre de un lado a otro.

『 𝘌𝘺𝘦𝘴 』 | ˡⁱᵖˢᵒᵘˡ |Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin