TONIGHT | (sero)baku(kiri) three-shot

MÉTODO MATEMÁTICO

(serobaku, quirkless AU, Prof de Matemáticas!Bakugou x Prof de Filosofía!Sero)

En sus 27 años de vida, Bakugou Katsuki ha aprendido un cierto número de cosas, y estas pueden organizarse en tres axiomas.

Uno: ser amigo de idiotas pelinegros es una mala idea.

Dos: estar enamorado del pelinegro en cuestión es una muy mala idea.

Tres: trabajar en el mismo lugar que ese pelinegro es una jodidamente terrible idea.

Multiplícalo todo por 420, y el resultado es el ceño fruncido con el que está saltando tramos de escaleras en dirección al garaje porque llega tarde, tarde, jodidamente tarde, y el ascensor ha tenido la osadía de averiarse de nuevo. Sólo espera no cruzarse con la vecina del tercer piso porque la mujer ya ha llamado tres veces a la policía este mes, y él está cansado de explicarle a los agentes que no, no esconde cadáveres en el baño, y no, no entiende qué tiene que ver su cara con las pesadillas de esa señora.

Pero volviendo a lo importante, llega tarde. Y probablemente estaría llegando más tarde si no lo hubiera despertado la notificación del mensaje de su madre, en el que se burlaba de él con un "Hah, quién es el viejo ahora? Feliz cumpleaños, hijo problemático".

Tch, para problemático el jodido coche que se niega a arrancar.

— Maldita chatarra, voy a deshacerme de ti en cuanto pueda.

El motor le contesta con un triste lamento.

— Sí, sí, joder, ya lo sé.

En el fondo ambos saben que el sueldo de un profesor de matemáticas no da para costearse nada mejor.

Al menos tiene la decencia de no ser como el pelinegro, que llega en bicicleta al instituto como si tuviera la edad de sus alumnos. "Porque es más natural", dice siempre el bastardo con una de esas jodidas sonrisas que le salen tan naturales. De una manera u otra, todo lo que tiene que ver con él lleva agregada la palabra "natural". Desde los jodidos zumos de naranja naturales a altas horas de la madrugada a la pose natural con la que consigue aparecer bien en cada maldita fotografía. O eso dicen, porque por supuesto Bakugou no tiene ninguna imagen suya, tch.

La pregunta ahora es cuándo ha empezado a pensar de nuevo en ese tormento de ojos negros, y, sobre todo:

— ¿¿Piensa cruzar este año o el que viene, huhh?? ¡El jodido semáforo está en rojo!

La anciana de la calle le responde con una sacudida de cabeza decepcionada, y sigue atravesando el paso de peatones a la velocidad con la que cierto pelinegro se despereza tras las siestas, es decir muyy lentamente, y- Mierda, ya está pensando otra vez en él.

Pero cómo no hacerlo.

No tiene nada que ver con sus sonrisas de proporciones áureas, ni con la atmósfera de estabilidad que lo envuelve, como si estar a su lado fuera estar en el maldito baricentro del mundo, ni con el brillo siempre perspicaz de sus iris oscuros. O tal vez sí. Pero en cualquier caso, no ahora.

Si está pensando en el pelinegro es porque hoy es 20 de abril, y, si no lo impide, Sero Hanta le hará sufrir cada jodido segundo de su cumpleaños.

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La campana de inicio de las clases ya está sonando cuando Bakugou se lanza, con la potencia de una detonación, contra la puerta de la sala de profesores.