Capitulo 1

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Estaba super cansada, no sé porque se me pudo ocurrir ir a la oficina después de mi carrera matutina y a eso agregarle el no poder haber desayunado, ahora ya era la hora de almuerzo y yo con el estómago vacío.

¡Todo sea por el gran desfile!

Sí, el gran desfile de vestidos de novia el cual estaba preparando.

Este era mi mayor esfuerzo y todo tiene que salir perfecto.

El desfile se llevará a cabo 15 días, por lo que todo el personal estamos a tope estos últimos días, pues GlamorousBride no daría un simple desfile, GlamorousBride sorprendería a todo el país.

— Señora. —me sobresalto al escuchar a Nancy, mi secretaria —. Todo resuelto, encontramos el vestido.

Suelto un gran suspiro de alivio.

Mi razón de haber venido a la oficina en ropa deportiva y no haber probado algún bocado se basaba en la pérdida de un vestido primordial del desfile.

Ahora resuelto el asunto, creo que me puedo dar el gusto de comer algo.

— Gracias Nancy, me sacaste de un susto, porque la verdad creí que no lo había enviado hacia aquí y estaría en un gran problema.

— No me dé las gracias, antes discúlpeme la hicimos venir temprano y solo era cuestión de buscar bien.

Le dedico una sonrisa.

— No te disculpes, ante el más mínimo detalle tu llámame— Ella me devuelve la sonrisa y asiente —. Bueno aclarado el asunto del vestido extraviado, creo que iré a llenar mi barriga.

Ella suelta una risita, y yo me levanto para salir porque necesito comida.

Estoy tan relajada, que tan rápido llego a mi auto arranco directo hacia la comida.

Llegó al restaurante, pequeño, pero con un gran sabor y más si la cocinera es tu amiga.

— Oddy, cariño hasta que hiciste el honor de visitarme, nunca te dejas ver.

Le mando un beso mientras entro y me acerco a donde esta ella para saludarla.

— Que digo, el desfile me tiene atareada. —me siento a la barra —. Por cierto; hola.

— Por tu cara, se ve que no has probado bocado.

— Y aciertas, ¿puedes preparar para mi algo delicioso?

Se forma una sonrisa arrogante en su cara:

— Todo lo que yo hago es delicioso. — ruedo los ojos y su sonrisa crece —. Y también lo que preparo. Mientras preparo un manjar de alimentos para que degustes, deléitate con la maravillosa vista que ofrece este pequeño restaurante.

Me guiña un ojo y se va a la cocina.

¿Maravillosa vista que ofrece?

No capté el mensaje en un principio, pero después de unos momentos de observar el lugar, noté que no había nadie, a excepción de dos hombres conversando cerca de la ventana.

¡Y que hombres!

Ambos eran una delicia.

Describir la perfección es imposible, ya que esta no existe en mi mundo. Pero este par de bombones se acercan a ella y esto solo lo digo al mirarlos de perfil, como será al estar cerca y frente a ellos.

Lástima que mi deleite de hombres no duró, ya que mi amiga volvió.

— No pierdes el tiempo...

—Cómo perderlo, no miras a esos dos.

— Agradable la vista, pero no es lo mío. — dice mientras pone la comida delante de mí. — Lo mío es una peli albina de la cual hace mucho que no se de ella.

Dejo de ver a los hombres guapos para voltearla a ver y notar su cara afligida.

— No han hablado desde hace tres años?

Ella suspira y niega.

No sé qué decirle y me siento una pésima amiga, espero que lo que le vaya a decir no lo tome a mal.

— Amanda, creo que es tiempo de que dejes de buscar agua en un desierto, porque la verdad te estas muriendo de sed y no me gusta verte así... — ella me mira a los ojos y yo la tomo de la mano—. Olvídate de ella, ambas sabemos que ella te dejó muy en claro quien le gusta.

Nunca le había hablado así y temía su reacción.

Se mantuvo en silencio y me estaba poniendo nerviosa, pero la verdad creo que necesitaba decirle esto, no le hace bien estar pegada a la ilusión de querer estar con alguien, el cual ya le dejó en claro su posición y verla imaginado ser correspondida, me duele más que lo que le acabo de decir.

— Sé que tienes razón, pero me cuesta. —doy un suspiro y aprieto un poco su mano.

—Si, perdón a veces digo las cosas sin pensar.

Y era cierto, digo las cosas sin pensar, además de ser la persona menos indicada para hablar de olvido...

— Olvidemos de esto, mejor dime ¿cómo está mi pequeño caramelo?

¡El pequeño caramelo!

Me había olvidado de mi criatura.

Rápido saco mi celular y marcó a la niñera, porque sí, tengo un hijo y soy madre soltera desde hace 4 años, pero creo que la madre soltera más pésima, ya que se me olvido preguntar si mi hijo estaba bien o no.

— Creo que a mami caramelo, se le olvido su dulcecito. —lo dice riéndose.

No le respondo y espero a que atienda la niñera.

¿Mami eres tú?

Escuchar la voz de mi hijo y no de la niñera me inquieto, pero fue por segundos porque la niñera habló enseguida.

Señora Odette lo siento, pero estaba preparando el baño del niño y deje el celular en su cama.

— No importa, él está bien ¿verdad?

Sí señora, estábamos a punto de tomar un baño ¿cierto caramelo?

¡Ciertoooo! ¿Mari, puedo hablar con mamá? — le pregunta mi dulcecito a su niñera y me saca una sonrisa.

Le digo a Mari que le preste el celular y mi hermoso habla.

— Mamá... ¿Quién es mi papá o que es un papá?

Y el silencio es lo que sucede.

No hay respuesta, pensé que este día jamás llegaría y menos en este momento.

— Bu-Bueno que tal si te explico en casa, vale.

— Vale, ¡Te quiero!

Cuelgo, sin responder nada más y Amanda me mira pidiendo una explicación de que sucedió, porque esa llamada tan extraña si suelo ser de las personas más parlanchinas en cuanto a mi hijo se trate.

— ¿Todo bien?

Niego

— No, ¡Todo mal! —suspiro —. Mi caramelo acaba de preguntar por un padre.

Amanda no dice más, lo capta a la primera.

Y yo, no sé qué decir, quizás por ser niño su inocencia lo hará olvidar esa pregunta.

Pero es que ¿Cómo se le dice a un niño que su padre está en otro siglo y no sabe de su existencia? 

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2021 ⏰

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