Un lugar seguro

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Dimitri

Habían pasado 3 días, la fiebre había cedido por completo ayer luego de volver un par de veces, me había preocupado cuando subió de golpe la segunda noche pero Montgomery la revisó en seguida y dijo que no había nada malo, que probablemente fuera debido a su sistema inmunológico luchando con la infección y que volvería a bajar rápidamente.

Aún así, Rose no despertaba, a veces empezaba a temblar de la nada, aún sin la fiebre, y me aseguraba de tener unas mantas cerca para ella, no estaba muy seguro de que hacer para que se sintiera mejor, me sentía un inútil.

-Hermano, haces todo lo que puedes, ella estará bien, volvió con nosotros y su fiebre ya bajó, pronto despertará. Lo peor ya pasó.

Luna intentaba sonar consiliadora, y aunque en parte ayudaba ya que sabía que tenía razón, lo peor ya pasó, no dejaba de estresarme que aún no reaccionara. Sólo quería ver sus ojos llenos de vida otra vez. No importa si me odia o me culpa por lo que pasó, en parte es cierto, si no me hubiera conocido ella jamás habría tenido que pasar por esto. Apreté los puños ante la idea. Maldita sea ese viejo, lo voy a matar.

-Hermano tranquilo, el profesor dijo que necesitaba descansar.

-Lo sé. Lo sé...

Pasaban los días de que la trajimos, pusimos de sobre aviso a su abuelo aunque no explicamos nada de su condición, sabía que de enterarse vendría a llevársela y no podía permitirselo, no cuando al fin está conmigo. Solo le dijimos que dimos con su paradero y ya se encontraba a salvo en la mansión, pero estaba en estado de shock, recuperándose emocionalmente del secuestro y nos estábamos haciendo cargo del resto.

Por suerte el hombre conoce sus límites, suspiró aliviado a través de la línea telefónica cuando supo que su nieta ya se encontraba en un lugar seguro, más aún no mencionó nada más cuando dijimos que nos haríamos cargo.

Ya en paz sabiendo que ella se quedaría a mi lado si oposición de nadie, solo estaba el hecho de que aún no despertase.

-Dimitri es normal, su cuerpo acaba de sobrevivir a un tremendo trauma en más de un sentido. Luchó por mucho tiempo contra esa infección, es lógico que esté inconsciente aún. Necesita descansar, sanar y recuperar energía. Ya despertará.

-Dijiste que en cuanto bajara la fiebre despertaría, ya es el cuarto día que está así Montgomery.

Sabía que mis reproches no servían de nada, Montgomery podría explicármelo pero no podía hacerla despertar.

-Necesitas tranquilizar...

Ambos nos detuvimos cuando el cuerpo de Rose empezó a titiritar nuevamente.

-¿Volvió la fiebre?- pensé en voz alta temiendo que la infección volviera con ella.

-No- Montgomery me miró- está despertando.

Volví mí mirada a ella, finalmente volvería a verla. Quería que me sonriera una vez más, que jugara con Edward en el jardín, verla pasear entre las rosas azules, pero Rose no dejaba de temblar, y parecía empeorar.

-¿Qué ocurre? ¿Ella está bien?

-No, está el shock de despertar. Entiende que ella debió estar muy asustada todos esos días encerrada en ese funesto lugar.

Me sentí horrible, no quería que despertara para verla así.

-Rose, Rose, estás a salvo, estoy aquí. Rose...

Ella empezó a gemir, temblaba y se sacudía en lo que parecían ser movimientos involuntarios, se veía muy asustada aún sin despertar del todo.

-Rose, estoy aquí, estás a salvo, nadie va a volver a hacerte daño jamás.

Rose empezó a sacudirse más fuerte, sus gemidos sonaban lastimosos mientras comenzaba a sollozar. Me partía el corazón verla así, llena de miedo y sufriendo.

La abracé impotente cuando comenzó a gritar en medio de un llanto histérico. Estaba despierta.

-Rose, soy yo, estás conmigo, todo está bien, ya terminó, ya terminó.

Intenté que mí voz sonara lo más consiliadora posible, quería ayudarla a sentirse a salvo, pero no sabía cómo, así que solo pude quedarme a su lado, la abracé firmemente manteniéndola entre mis brazos mientras se sacudía violentamente en su terror, lloraba y gritaba con su voz cargada de angustia. Me quedé con ella hasta que anocheció, me quedé con ella hasta que las sacudidas menguaron volviéndose espasmos esporádicos, me quedé hasta que los gritos cesaron y el llanto se transformó en un tímido sollozo, me quedé con ella hasta que amaneció y volvió a dormirse del cansancio, y así como me quedé con ella hoy, me quedaré con ella siempre.

Me volveré tu lugar seguro, de esa manera jamás tendrás que ponerte así otra vez.

Prisionera (#2 Saga: Mariposa nocturna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora