Midnight Sky [SakuAtsu]

29. Solo dormir.

Habían pasado un par de meses y Sakusa aún no sabía nada de Atsumu, se había topado con Osamu y Suna un par de veces porque el último también jugaba voleibol donde Sakusa se había unido a jugar y Osamu iba a recogerlo. Sakusa debía admitir que cada vez que veía a Osamu, su corazón se paralizaba por completo. Es obvio que se diferencia de Atsumu por el cabello, pero tapando eso, eran idénticos.

"Deja de ver al hermano de Miya" Habló algo cansado Ushijima mientras se sentaba al lado de Sakusa. El pelinegro bajó la mirada rápidamente y aclaró su garganta nervioso.

"No lo estoy viendo"

"Claro, niegas que cada vez que ese chico viene por Rintaro, babeas en silencio" decía en tono burlón y Sakusa lo miró.

"No me jodas" habló un poco molesto y Ushijima curvó una sonrisa.

"No me jodas tú a mí, llevo atrás de ti desde hace un mes o más y tú sigues fantaseando con ese inútil que ni siquiera te da señales de vida" Sakusa sintió un ardor en el pecho. Era verdad lo que su Ushijima decía, pero no tenía que ser tan directo, por dios.

"¿Y qué si es así?" Ushijima se encogió de hombros.

"Da igual, el que te coge soy yo" sonrió y se levantó dispuesto a buscar una botella con agua.

Cierto, Sakusa a veces olvidaba ese pequeño detalle. Había estado cogiendo con Ushijima desde hace poco tiempo, pensó que al hacerlo podría olvidar cómo se sentía estar con Atsumu, pero no era así. Para Sakusa no había nadie como Atsumu. No podía dejar de pensar en sus labios cuando era Ushijima el que lo besaba, al final de cuentas, si cerraba los ojos, podía imaginar que era él.

"Lo siento, Atsumu, lo siento mucho" susurró Sakusa cerrando sus ojos con fuerza.

Atsumu lo había hecho sufrir una y otra vez, pero Sakusa realmente quería que él fuese su primera vez en todo y cada vez que terminaba de coger con Ushijima se preguntaba si Atsumu estaba haciendo lo mismo y se llenaba de rabia.

Ushijima sabía que Sakusa no había sacado de su mente a Atsumu, pero se conformaba con tenerlo en su cama después de un largo día y que a la mañana siguiente el sol que entraba por la ventana lo despertara para darse cuenta de que el pelinegro le estaba dando la espalda o, en vez de abrazarlo a él, abrazaba a una almohada.

"Deseando que fuese Miya, ¿no?" eso era algo que cada mañana pensaba Ushijima, pero se lo tomaba muy bien a decir verdad, al parecer no le importaba ser el segundo mientras pudiera estar con Sakusa.

Pero nada de eso era lo peor, ambos chicos estaban bien con que las cosas fuesen secreto. A Ushijima le daba igual si tenía que esconderlo o no, pero sabía que para Sakusa iba a ser distinto y que podía afectarlo, él nunca fue de caerle bien a mucha gente y por eso era mejor si evitaban burlas o miradas raras. Sin embargo, la verdad siempre sale a la luz y habían momentos donde Ushijima no podía disimular sus erecciones al ver a Sakusa sudado y con pantalones cortos.

Después de ese partido de voleibol, Sakusa y Ushijima se fueron a casa del último. El pelinegro se sentía un poco decaído y antes de entrar a la casa, se detuvo.

"¿Qué pasa?" Ushijima lo miró preocupado y Sakusa suspiró.

"No tengo ganas de hacerlo hoy, lo siento"

"No tienes que pedir disculpas por eso, está bien" Ushijima bajó el tapabocas de Sakusa y le dió un pequeño beso.

"Quiero irme a casa" susurró Sakusa y Ushijima suspiró.

"Miya, Miya, Miya" entró a la casa y Sakusa lo siguió con la intención de excusarse.

"No es eso, de verdad" claro que era eso.

"Kiyoomi, no me importa si no puedes dejar de pensar en él, pero si aceptaste estar conmigo de esta manera, al menos no me hagas sentir todo el tiempo que él es mejor" Ushijima tiró las llaves de la casa sobre la mesa y comenzó a subir las escaleras algo agotado.

"Venga, ya te dije que no es eso" Sakusa lo seguía y Ushijima volteó a verlo.

"Entonces quédate a dormir... solo dormir"

Sakusa lo miró sin decir nada por un par de segundos, pero finalmente terminó asintiendo.

"Solo por hoy"

Lo que no sabía Sakusa era que Atsumu llevaba sentado en el andén frente a su casa desde hace más de dos horas. Era de noche y hacía frío, pero quería verlo, quería volver a ver a Sakusa.