XV

24.1K 3.1K 3.2K
                                    

Después de las fiestas la mayoría de las personas que tomaron demasiado se despiertan con un dolor en la cabeza punzante o con unas notorias ganas de vomitar. Jisung, por su parte, se levantó con ambas. Sabía que no había tomado mucho, lo tenía claro, pero le pareció la excusa perfecta para no tener que salir de su habitación a limpiar toda su casa. Domingo por la mañana, su cama se veía demasiado agradable y si no se dormía pronto, sus pensamientos le comerían la cabeza para decirle que había pasado la mitad de la noche pegado al cuerpo de Mínho.

Y si vamos por ese camino, el castaño no podía dejar de pensar en lo bien que se sintió. Todo era un plan perfecto para provocarlo, usar un poco de tácticas sensuales para atraerlo y luego dejarlo ahí, con algún problema físico y con ganas de más. Pero Jisung se quedó a la mitad del plan, lo provocó, lo volvió a hacer y se quedó ahí, continuando con su juego y disfrutando de sus agarres y toques.

No iba a mentir si decía que lo volvería a hacer unas veinte veces más, pero no podía, perder no estaba en su diccionario y, aunque se dió cuenta tarde, justo cuando estaban por besarse de una buena vez, lo hizo de todas formas. Jisung no podía bajar la guardia o acabaría perdiendo todos sus puntos.

Se tapó la cabeza con la almohada y espero que dormirse le facilitará su situación.

Mínho estaba igual que el, a diferencia de que el mayor no tenía dolores en ninguna parte de su cuerpo, su estabilidad física con el alcohol era bastante amplia. Pero cuando decía que estaba igual que Jisung, me refería a que sus pensamientos también estaban plagados de la noche anterior.

El morocho se mantenía en su cocina con una taza de café en su mano y una cuchara en la otra, había estado revolviendo el café durante mínimo diez minutos y ahora estaba completamente frío. Pero ni siquiera le importó, de todas formas, lo había preparado para pensar en algo durante unos minutos que no tuviera de nombre Han Jisung y unas mejillas redondas.

Se pasó la mano por la cara completamente frustrado y se levantó de su asiento, guardando el café de nuevo en la heladera y convenciendose a si mismo que lo tomaría más tarde. Claramente estaba mintiendo, pero lo hacía de todas formas, no le causaba daño a nadie.

Se dirigió a su sala de estar y fue entonces que escuchó unos golpes pesados en la puerta. Se detuvo de golpe, miró el reloj en su muñeca y se aseguró de que su madre no venía a esas horas y su padre aún estaba de viaje en el extranjero. Una vez más, los golpes, pero está vez eran más constante. Mínho se preguntó quién era hasta que escucho el grito del menor detrás de la puerta: "Mínho, porfavor abre la puerta o moriré de frío y solo. Porfavor, necesito algo para este dolor urgente".

Hyunjin había alargado la última palabra en un triste y desgarrador sonido, Mínho sonrió por la visita y colocando sus manos en sus bolsillos fue a abrir la puerta.

En cuanto está se abrió, HyunJin entró rápidamente a la casa con cinco abrigos encima suyo y buscando calor en el interior. Mínho no había notado en todo ese tiempo que el clima estaba frío.

—Casi muero de hipotermia ahí afuera. —Se quejó el rubio, usando su don para exagerar las situaciones al máximo.

—Pues nadie se hubiese quejado si eso ocurría. —Mínho rodó los ojos aún con su sonrisa en su rostro y se dirigió a la cocina. Hyunjin le siguió.

—Dime porfavor que tienes algo para la cabeza. Lo que sea. —El menor se desplomó encima de la mesa tomando su cabeza entre sus manos y demostrando puro sufrimiento facial.—Aceptaré incluso un arma, solo acaba con este dolor.

El cuerpo de Hyunjin se giró en la mesa y quedó boca arriba mirando el techo en forma de estrella. Mínho agradeció haber guardado el café o ya estaría desparramado en el suelo.

Arcade Love - [Minsung] [✓]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن