Arcade Love - [Minsung] [✓]

XXV

Los celos, un sentimiento que se genera como respuesta al ver, oír, o incluso sospechar, que otra persona por la cual tenemos sentimientos, ama a un tercero. Una emoción que solo siente una persona cuando le gusta o agrada otra. No puedes sentir celos de alguien que no amas. ¿Verdad?

Bueno, Jisung juraba no sentir absolutamente nada por Mínho, pero su corazón le gritaba desde el pecho que no sea tan idiota y se de cuenta que esa presión cuando vió al morocho abrazándose con Chris, era mucho más que un simple orgullo roto.

Pero eso Jisung jamas lo admitiría, pues, está historia se caracteriza por un par de cosas, entre ellas, el orgullo que ambos protagonistas tienen y la cantidad de errores que van a cometer y los miles de muros que se van a chocar. Al fin y al cabo, si no se cayeran un par de veces, no sabrían lo que es la tierra y lo feo que es estar ahí abajo.

Y es ese sentimiento que Jisung llama "Orgullo herido" y media población "Celos", que llevó al castaño a realizar una estúpida acción con el solo fin de causar el mismo orgullo herido en Mínho y no terminar jamás la guerra.

El castaño, luego de que su corazón se acelerará y su vista se nublara un poco, se dió la vuelta decidido a no ver más esa escena completamente inesperada y se dirigió de nuevo a la cafetería.

Al principio no iba a negar que las ganas de irse a su casa y encerrarse cinco años seguidos en su habitación, le invadieron la cabeza de nuevo. Pero no podía bajar los brazos cuando había dado el primer golpe y ya medio pueblo pensaba que había perdido.

No, el iba a levantar la espada y pelearía incluso si le faltaba medio brazo.

Se colocó mejor el delantal y con su mirada buscó a su objetivo, una vez localizado, se acercó. Ryunjin acomodaba un par de bolsas de café en un estante mientras cantaba una suave melodía.

Mínho por su parte, no había despegado la vista de Jisung ni un segundo. Sabía que se había ido repentinamente de nuevo a la cafetería y, por alguna razón, las ganas de seguirlo le comían el interior. Una vez que Jisung no estuvo en su campo visual, se separó del rubio bajando su mirada al suelo.

—Lo vió. —Afirmó el menor, relamiendo sus labios.—Se fue a la cafetería de nuevo.

—Si, lo sé. Voy a tener que darles una buena explicación a ellos. —Chris señaló al grupo de amigos que aún miraban atónitos la escena.—Deberias seguir a Jisung, quizás logres sacarle algo si está enojado y celoso.

Chris tragó duro, darle tips a Mínho para que Jisung pierda el juego era la peor de las ideas, pero sabía que el menor, quisiera o no, estaba a medio camino de perder. También sabía que podía ser orgulloso, pero era buena persona en el fondo, odiaba lastimar gente y salir siempre del mismo lugar. Jisung solo debía dejar de jugar y comenzar a vivir.

Mínho asintió y se dió la vuelta, decidido a ir a la cafetería y enfrentar a un castaño completamente enojado. Abrió la puerta del local y buscó con su mirada al menor.

Realmente no tenía muchas ideas sobre que iba a decirle. Pero quería verlo, tampoco es que supiera el porque. De hecho, últimamente, la mayoría de sus acciones y pensamientos solo los hacía y no se detenia a pensar la razón. Quizás era por eso que al ver a Jisung hablando con Ryujin una parte de su cabeza le dijo que nada bueno saldría de ahí y que la razón era más que clara.

Pero ahí estaba el, parado en la puerta de la cafetería, mirando y prestando atención a cada movimiento que realizaba el castaño.

Y por si fuera poco, sus estímulos no le respondian. No se podía mover y si Jisung lo veia, sabría de inmediato que estaba un paso más adelante que él en el tablero.