Los mil y un textos...

Desesperada

Scarlett era una pequeña bastante tranquila la cual pasaba la mayor parte del día en su habitación jugando con su linda muñeca objeto el cual nadie ha podido quitarle de las manos ni para dormir, muchas de sus niñeras cuentan que si lo intentaban hacer ella comenzaba a ponerse de una manera agresiva tanto que la pequeña empezaba a rasguñar pero ella se ha mantenido en su cuarto desde la última niñera que tuvo la cual nunca se supo que sucedió después de haber trabajado ahí durante 2 meses.

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Escribe Blake, hoy es mi primer día trabajando en la casa de los Moore la señora me ha comentado que el trabajar ahí sería muy sencillo ya que solo cuidaría de la pequeña Scarlett la cual es bastante tranquila hasta donde me dijo así que espero y mi primer día sea bastante bueno, así podré pagar por el tratamiento de mi madre.
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La joven Blake ya se encontraba en casa de los Moore anhelando que comenzará su dia pero antes de poder entrar a aquella hogareña y pequeña casa la señora Moore la dirigió hacia un pequeño establo el cual estaba totalmente vacío, esta acción la hizo para poder platicar con ella en privado ya que su pequeña se encontraba almorzando cosa que le pareció bastante sospechosa en un principio pero la única idea que vino a la mente de Blake fue que quizás la pequeña podría asustarse al ver a alguien ajeno a su familia.
—Supongo que tu eres B-Blake ¿no?— Hablo un poco titubeante la señora Moore al hablar mientras que miraba a su alrededor con cierta intriga a lo que la joven comentó bastante tranquila. —Así es señora Moore, dígame cómo comenzaré hoy con la pequeña… — La joven no pudo terminar de hablar cuando la señora le tapó la boca con la mano rápidamente para empezar a hablar de manera rápida y asustada. —Primero que nada debes saber el riesgo que corres al trabajar de niñera aquí, la niña de esta casa no es tan tranquila y algo debes de tener en cuenta NUNCA quieras tomar su muñeca ni la toques a ella si por alguna razón lo llegas a hacer de manera accidental lo mejor es que la mantengas distraída con algo y escapes de aquí, no solo de esta casa si no del pueblo y sobre todo no olvides cerrar su puerta con llave cuando termines tu turno pero asegúrate que ella realmente esté dentro.—
Blake aún no comprendía las palabras de la madre de la pequeña pero suponía que debía acatar dichas reglas porque era el único trabajo en el cual podría ser capaz de pagar todas sus deudas y el tratamiento de su madre así que correría dicho riesgo por ella y su madre.

Después de aquella escena bastante sorprendente para Blake, ambas mujeres se dirigieron hacia la casa bastante tranquilas pero eso sucedió porque las últimas palabras de la señora Moore fueron. —Y una última cosa dentro de la casa no puedes dirigirme la palabra, ni a mi esposo ni a la niña en especial a ella nosotros podremos contestar algunas dudas si haces lo siguiente, escribirás en un papel un código el cual es CQD, la dejarás en el escritorio o mesa más cercano a ti, te retiraras del lugar de forma tranquila y en cuanto escuches una pequeña campanilla saldrás con una canasta para "juntar huevos del establo" y yo estaré aquí para hablar pero solo tenemos 10 minutos así que espero que sea importante y sólo puedes realizar esta acción 2 veces al día.—

Una vez dentro de la casa Blake se dedicó a limpiar el hogar y tener vigilada a la niña cosa que parecía bastante simple hasta donde veía ya que la pequeña siempre estaba en su cuarto y solo salía para comer pero para hacerlo su madre le llamaba de una manera bastante peculiar, ella usaba como una clave de golpes ligeros en su puerta y a los pocos minutos la pequeña se dirigía en pasos tranquilos a la casa a comer y en cuanto terminaba se retiraba sin ninguna palabra de por medio.

Así transcurrieron los días, semanas y ella ya habría cumplido 2 meses en aquella casa y no había necesitado de preguntar ninguna cuestión a la madre de Scarlett hasta ese día…

Blake había asistido a la misma hora de siempre a la casa comenzó con su limpieza pero algo la detuvo, la niña se encontraba afuera jugando con su muñeca cosa que no era para nada normal así que rápidamente tomó pluma y papel escribió el código mencionado hace tiempo y se retiró de aquel lugar no sin dejar sin vigilancia a la pequeña por medio de las ventanas. A los pocos minutos se escuchó la campanilla y Blake salió con la canasta a dirigirse al establo para hablar con la madre pero no la encontró así que decidió esperar a su llegada pero no había rastro de ella por lo que regresó a la casa pero en su camino se topó a la pequeña Scarlett la cual le dirigió la palabra. —Sabes mi madre nunca me dejaba salir de casa para jugar con mi muñeca pero hoy es un lindo día para hacerlo ¿no crees?— La niña mostraba una dulce sonrisa mientras que buscaba la mirada de Blake esperando una respuesta pero lo único que consiguió fue un asentir de parte de ella ya que era tanta su impresión escucharla hablar que era lo único que su mente le permitió. —Blake ¿cierto? No quieres jugar un poco conmigo llevas aquí dos meses y lo único que haces es limpiar y vigilarme pero ese no és el trabajo de una niñera.— La niña hablaba con tanta naturalidad que era demasiado extraño pero Blake siguió sin entender que sucedía hasta que pudo notar algo raro en la muñeca de la pequeña era una réplica a ella y también llevaba aquella canasta lo cual le impactó aún más y la pequeña pudo notarlo así que la miró y habló.—Creo que no te advirtió mi madre de esto… que lastima hoy es tu último día de trabajo porque sabes, fuiste en busca de mi madre en vez de dejarme que jugará aquí tranquila con mi muñeca quizás… si no hubieras ido en busca de ella podrías seguir con tu vida tranquila.— En cuanto terminó de decir aquellas palabras la pequeña tocó a Blake cosa que la despertó de manera rápida y salió corriendo de aquella casa en busca de ayuda porque no sabía qué hacer pero todos comenzaron a verla correr por el pueblo y pensar que se estaba volviendo loca ya que aquella casa donde estuvo trabajando no estaba habitada.