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🍂•Punto de vista de ____• 🍂

Después de una larga ducha, seco mi cabello con una toalla caliente y me pongo pillamas. Ya más relajada, me lanzo a la cama y abrazo la almohada.

Vivo sola, ya que puedo comprar mi propia casa, pagar los servicios y hacer el mandado por mi cuenta desde que mis libros se volvieron tan populares.

A veces, hasta siento que hice trampa. ¿Por qué tengo estos extraños sueños? ¿Por qué los recuerdo tan vívidamente?

Solía pensar que era algo completamente normal hasta que mis compañeros de la primaria me probaron lo contrario.

No empecé a escribir sobre ello si no hasta secundaria, cuando las cosas eran relativamente más interesantes.

¿Será alguna clase de problema en mi cerebro?

Creí eso hasta el día de hoy, que vi con mis propios ojos la foto de mi "padre" fallecido.

Al principio supuse que era sólo uno más de esos admiradores extraños quienes se obsesionaron con mi historia,

Pero esa imagen es real.

¿Quién es Tamaki, cómo consiguió mi número, cómo tomó esa foto, cómo lo conoce?

Estoy tan alterada y cansada que me olvidé de ir al lugar acordado. Al parecer, una cafetería llamada "Aoi Kohi". 

Nunca he escuchado de ella, aunque casualmente, me suena de algún lado.

Sin darme cuenta, me quedé dormida.

Al "despertar" dentro de mi sueño, veo el  blanco techo de mi cuarto. Bostezo, me estiro, y me siento en la orilla de la cama.

Me levanto, me pongo el primer conjunto que vi en el clóset, y como ya estaba peinada y arreglada por alguna razón, salí así, y al salir, recordé lo de mi "padre."

—¡Es verdad, debo encontrarme con Tamaki!

Sé exactamente cómo despertar. Puedo despertar de manera inmediata al tocar a una persona, así que salí corriendo, sin zapatos, a buscar a quien sea.

Extrañamente, no había nadie.

Seguí buscando, caminando rápidamente por la calle volteando mi mirada hacia cada pequeño espacio que pudiera observar con mi rango de visión, y aún así, no hallé a nadie.

Después de unos minutos de búsqueda, vi a un grupo de adolescentes entrando a un local, y aliviada, los seguí.

Abro la puerta, entrando, y de manera casi inmediata, el olor a café llenó mi sentido del olfato. No era fuerte, si no suave y agradable, lo que me hizo tranquilizarme.

—Bienvenida a Aoi Kohi, ¿Puedo ayudarla en algo?

Dijo una chica de una estatura similar a la mía, con un uniforme negro café y blanco, sosteniendo una pequeña libreta y pluma.

—No, muchas gracias, sólo venía a visitar a...

Alto. ¿Acaso dijo Aoi Kohi?

Un último suspiro || Tamaki x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora