Un último suspiro || Tamaki x Lectora

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—Hey, ¿estás bien?

Lleva 2 minutos en la misma posición y con la misma expresión en su rostro.

—S-si, lo siento,; es sólo que es algo difícil de digerir...

Pensándolo bien, es de hecho algo que si no teniendo esta condición me contaran, no creería. Sobre todo si dicen que la realidad en la que estoy es la del sueño. ¿Es Tamaki producto de mi imaginación? Pero, si así fuera, ¿cómo es que me habla mientras estoy despierta?

—Lo sé, pero no es más que la verdad. Por lo que esa persona es mi "padre" entre comillas.

Sacude su cabeza, como si quisiera sacudir sus pensamientos y aclarar su mente.

La mesera llega con ambos tés, dejándolos cuidadosamente sobre ambos extremos de la mesa.

—Llámenme si necesitan algo.

Ambos asentimos. Tamaki es el primero en tomar de su té, y al terminar su sorbo, se le ve levemente más relajado.

Veo el mío, lo tomo con ambas manos, y soplo el líquido naranja caliente, que desprende un olor agradable.

Vuelvo a poner mi atención sobre Tamaki, quien justo empieza a hablar.

—Esa persona a la que llamaste padre, quería entregarte a lo que pienso yo, es una organización malvada. En casos extremos, estaríamos hablando de la liga de villanos, pero es poco probable que se contacten de esa forma. Aún así, existe esa posibilidad.

No me sorprendo. Ese viejo era de hecho, muy sospechoso. Sabía que tramaba algo, pero no pensé que me incluyera.

—Bueno, ya no está con nosotros.

Tomo un sorbo de mi té, sintiendo la calidez, el sabor tenue y el aroma todo al mismo tiempo, provocando una sensación de cosquilleo en todo mi cuerpo, que disfruto, y que efectivamente, me hace sentir mejor.

Todo se siente tan real...

Que a veces olvido que es sólo un... sueño.

¿Lo es?

Me había perdido en mis pensamientos y en la sensación del té de durazno, y recordé que a todo esto, quería preguntar algo yo también.

Pero antes de poder hacerlo, él me gana en romper el silencio, el cual extrañamente, no se sentía incómodo.

—Aún así, te están buscando. No creo que se rindan si hicieron a tu propio padre entregarte. ¿Hay algo sobre tí que crees que ellos buscan?

No lo pensé dos veces.

—Será esta extraña... condición?

—Condición?

—Así le llamo a mis sueños vívidos. Aunque en este momento no estoy muy segura de qué es sueño y qué es una realidad.

Lo veo pensar, y aprovecho para tomar otro poco de mi té, el cual sin darme cuenta, ya iba a la mitad.

—T-tal vez ambas sean realidades,;,

Algo... sonó dentro de mi cabeza. Una puerta se abrió, una pieza musical comenzó a sonar. Lo que dijo me movió.

—Crees que... cambio de realidad al dormir?

Asiente.

—Es p-posible. Tal vez e-ese sea tu quirk.