Tres

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—El gusto es tuyo, ¿Cuándo me puedo ir de aquí? —musitó sin ganas.

El azabache rodó los ojos ante su descarada falta de agradecimiento ante el doctor que le salvó la vida.

—Me temo que eso no es posible, su condición es muy grave.

—En mi torre tengo los cuidados necesarios que podría necesitar —dijo mirándolo a los ojos fijamente.

—Tal vez, pero no al doctor adecuado —Está vez fue el turno de Tony para rodar los ojos.

—Que descanse señor Stark —guiñó un ojo y se dirigió a la puerta, estiró su brazo para abrirla pero se detuvo a medio camino.

Su mirada cambió a una extrañada e intentó alargar la mano otra vez.

Nada.

—Comprendo que mi atractivo no le permita alejarse de mi, doctor—comentó divertido— Pero un poco de privacidad no me vendría mal.

—No, es que... No puedo— El Doctor seguía intentando pasar la barrera “invisible” que había entre el y la puerta.

—Dejame ver eso—Bajo con cuidado de la camilla y se dirigió donde Strange, abrió la puerta como si nada y lo miró alzando una ceja—Peores excusas me han dicho.

Strange miraba incrédulo la puerta, hasta que frunció en ceño e intentó pasar, lograndolo.

—Adiós, doctor—Cerró la puerta y un segundo después escuchó su apellido  tras ella.

Esto tiene que ser una jodida broma. Pensó Strange.

Stark abrió la puerta otra vez para ver al hechicero parado a unos pasos para luego entrar a la habitación jalando al genio del brazo. Lo llevó a la camilla y se paro enfrente de él.

—Bien, dejame hacer algo—Hizo un gesto extraño con sus manos para dejar salir una luz con la cual iluminó toda la habitación. —No puede ser.

—¿Qué es esto Strange?

Había un maldito hilo rojo uniendolos.

𝗧𝗢𝗚𝗘𝗧𝗛𝗘𝗥━━ 𝗶𝗿𝗼𝗻𝘀𝘁𝗿𝗮𝗻𝗴𝗲Where stories live. Discover now