Locuras de amor [Oneshot Volkacio]

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Muchas gracias a todas las personitas que me leen acá ♥

Actu: Sigo agradeciendo por seguir aquí ♥♥




La lluvia se desató en pleno atardecer de abril, caótico fin de semana donde muchas familias iban a relajarse y ver a sus hijos jugar, muchos a pasar el tiempo y reflexionar, otros a reunirse con amigos y planificar un próximo encuentro. Entre ellos, estaba Horacio y Volkov recién salidos del trabajo de comisaría, con una gran sonrisa y coqueteos tontos para aligerar el ambiente, aunque la lluvia lo hizo por ellos.

Por lo repentino que fue, ambos soltaron insultos y luego se miraron por unos segundos, riendo con calma, notaron a todos correr despavoridos de un lado a otro del parque mientras que ellos continuaban sentados en la banca, refugiados bajo un pequeño techo de metal. —¿Te vas a mover? –inquirió Volkov con una sonrisa en sus labios, admirando el perfil ilusionado de Horacio. La lluvia los tomó desprevenidos, pero el comisario no tenía planes de irse al menos que el agente lo quisiera.

—No, además, no tenemos prisa, ¿verdad? –inquirió girando con una sonrisa de niño pequeño, cautivando al peligris y sintiendo una gran calidez a su lado.

Negó ante su pregunta, apegándose más al de cresta hasta querer abrazarlo sobre sus hombros para quedarse juntitos, admirando las gotas de agua caer en un íntimo momento, pero todo fue arruinado cuando Horacio se levantó, dejando el brazo del ruso a camino de su plan y sobre la banca el celular junto al resto de cosas para caminar bajo la lluvia. De inmediato se empapó, sin dejar de saltar y alzando la vista al cielo nublado.

Volkov se preocupó, levantándose sin dejar su refugio. —¡Horacio, ¿qué hace? –exclamó al ver al chico dar vueltas en la lluvia, con una gran sonrisa en su rostro. Volkov no pudo evitar fruncir el ceño.

—¡Venga! ¡Es divertido! –gritó y con su mano invitó al comisario, quién dudo si aceptar o no. Horacio dejó de sonreír al ver que sería rechazado, abandonando su momento de locura y feclidad para regresar hacia a Volkov. Ante eso, el peligris se odió por desanimarlo y se arriesgó a caminar bajo la tormentosa lluvia, sorprendiendo al menor por ver cómo dejaba sus cosas alado de las suyas, y empapando su cuerpo por completo, incluso su cabello caía a sus lados. Su nariz empezó a tornarse algo rojiza por el frío.

El ánimo del agente subió, jalando de sus manos y entrelazándolas con las suyas, sin evitar dar giros con el comisario quién seguía sus pasos como podía, sonriendo de nuevo a su lado a los pocos segundos y disfrutar de un momento a solas, de un baile bajo la lluvia. Volkov tomó la iniciativa de jalarlo hacia su cuerpo, fundiéndose en un fuerte y cariñoso abrazo que calmó sus agitadas respiraciones, acoplando el latir de sus corazones. No necesitaron palabras para demostrar sus intenciones, Horacio lo captó y relajó su cuerpo, apoyándose sobre su hombro.

Charcos enormes de agua se formaban a su alrededor a medida que los segundos pasaban, pero ellos estaban en su propia burbuja, abrazados, cerrando sus ojos y meneando sus cuerpos de un lado a otro, con la melodía de la lluvia de acompañante.

Ambos se separaron unos centímetros, notando el maquillaje corrido de Horacio, Volkov no tardó en pasar las yemas de sus dedos sobre sus mejillas, limpiándolo con el mayor amor y dedicación que podía sentir por el agente. Horacio, cautivado por las caricias y el brillo en sus ojos, no pudo evitar hablar.

—¿Me quiere, comisario Bombón? –susurró, sacando una sonrisa a Volkov.

—Lo quiero.

—¿Entonces no le importará si hago esto? –inquirió, confundiéndolo y pronto sus labios tocaron los suyos, cerrando sus ojos de inmediato.

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