[OS Horacio y Athenea]

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-Advertencia: spoiler rol Horacio. 26/06/2022-




Estaba huyendo de aquel sujeto enmascarado que intentaba matarlo, no sabía dónde se encontraba ni qué hacía en aquel sitio abandonado a su suerte. Simplemente no comprendía por qué estaba ahí o cómo terminó en este sitio. Su vida peligraba a cada segundo, escuchaba ruidos y risas fuertes, solo podía comprobar que su miedo era fuerte al escuchar su honda respiración y mantenerse en calma. Podía escapar, había estado en situaciones peores.

O al menos eso quería creer Horacio, porque no conseguía escapar de este sitio o buscar una salida.

Abriendo puertas sigilosamente, destruyendo otros y caminar con cuidado, era lo único que podía hacer el menor hasta que se encontró acorralado en una sala aparte, rodeado de bancas rotas y sucias. Parecía estar en una escuela, o en un edificio abandonado en ruinas. No podía reconocerlo. Se quedó en silencio, sentándose en una esquina y rogando que alguien lo ayudara.

Quería que Volkov lo sacara de aquí.

Un suave destello hizo que alzara la vista del piso, encontrándose inexplicablemente con una mariposa blanca revoleteando alrededor suyo, acompañada de una luz sobre ella que parecía guiarlo hacia un sitio. Sintiéndose seguro con aquello, Horacio decidió seguirla y recorrieron a trotes el extenso pasillo que llevaría a la planta inferior y escuchó claramente unos pasos acechándolo. La mariposa actúo y lo llevó hacia a una sala, escondiéndose ahí junto a él.

Horacio aguantó la respiración cuando los pasos se hicieron fuerte detrás de la puerta, notando como el sonido se iba alejando cada vez más hacia la parte trasera, soltando lento el aire y mirando que aquella mariposa brillante había descansado sobre una repisa en dirección a él. El menor incluso creyó estar siendo observado por ella.

De un momento a otro, un brillo cubrió la habitación cerrada, cegándolo por un momento y obligándose a cerrar sus ojos antes de parpadear, encontrándose con una figura similar frente a suyo, desestabilizando su equilibrio y retrocediendo con sorpresa.

No miedo, no temor, simplemente sentimientos encontrados que creyó superar.

Una sonrisa brillante, una mirada maternal y una vestimenta del día donde más se divirtieron. El alma de Athenea se encontraba frente a él y Horacio estaba en completo shock.

Su mente comenzó a trabajar más, decía que era un mal sueño, que estaba pasando por algo, que seguramente trajeron de vuelta recuerdos con su amiga, que lo estaban manipulando. Siendo atacado por la negatividad, Athenea dio un par de pasos hacia a él y apoyó su mano cálida sobre la sudada piel morena de Horacio, calmando el tormento con su toque y obteniendo su completa atención.

—Mi niño, no pienses tanto. Soy yo, Athe, ¿me recuerdas, Horacio?

Y en ese momento, el menor soltó la primera lágrima. "Claro que te recuerdo, te recuerdo en todo momento".

Sin importarle nada, la abrazó con fuerza y ella correspondió el abrazo, acariciando su espalda suavemente para consolarlo. Suspiró, escuchando los miles de "lo siento" del menor. —No te disculpes, nada fue tu culpa.

—Te extraño, te extraño mucho. -susurró entre sollozos, calmándose al rato y deshaciendo el abrazo. Athenea se veía igual de radiante que aquel día donde la pasaron divertido, incluso recordaba el baile que ofreció por su despedida de soltera. La mirada de Horacio decayó cuando recordó que no pudo ir a su boda, al menos, la acompañó en eso.

—¿Qué haces aquí, mi niño? No deberías estar aquí. -la pregunta de la castaña lo extrañó, frunciendo el ceño. —Aun tienes mucho que vivir, no puedes estar aquí todavía, no voy a dejar que te vayas, debes vivir para irnos juntos al cielo.

—No entiendo... ¿por qué estás aquí? ¿por qué no puedo estar aquí?

Athenea sonrió, volviendo a colocar ambas manos en su rostro. —Yo no puedo irme de aquí, no puedo cuando estoy cuidando de ti, Horacio. -explicó, aunque seguía siendo difícil para él entender. —No entiendo qué haces aquí, pero te sacaré de este sitio, todavía no es tu turno.

—¿Mi turno?

Pese a las preguntas, la mujer lo tomó de la mano y lo sacó fuera de la habitación. De inmediato empezaron a correr hacia una salida que ella conocía perfectamente. Estando seguros que el camino estaba despejado, llegaron a una puerta de metal donde la salida estaría cruzando aquella. Se detuvieron juntos, la castaña giró hacia a Horacio y sonrió una vez más, con lágrimas en los ojos. —Tienes que irte, Horacio, aun no podemos irnos juntos, recuerda. Cruza la puerta y déjame seguir cuidando de ti, ¿si mi niño?

—Ven... no me dejes solo. -rogó. —Willy y tú...

Ella lo detuvo, negando con la cabeza. —Él y yo estamos bien, de verdad, estamos bien aquí mientras tú lo estés. -se alejó unos pasos, abriendo la puerta lentamente. Antes de despedirse, se volvió a dirigir al chico de cresta. Aquel lo mirada con muchas preguntas, con el corazón roto, con la injusticia de tener que ver a su amiga en sueños y recordar el dolor al perderla.

—¿Puedes darme un último abrazo?

La mirada amorosa de ella se rompió, sonriendo entre lágrimas y abriendo sus brazos.

Ambos permanecieron así un tiempo, llorando en sus hombros. —Vámonos los dos, por favor. -Horacio no quería rendirse.

El silencio de Athenea fue doloroso. Sintió el movimiento negativo de su cabeza en su hombro. —¿Athenea?

—Yo no me puedo ir. Yo me quedo aquí...Las personas que uno ama, realmente nunca se van. Pase lo que pase siempre voy a estar aquí, aunque no me puedas ver, siempre estoy contigo, mi niño. -se despegó lentamente, sonriéndole y luego llevó su mano a su vientre. Aquel gesto sorprendió a Horacio. —Cuando toque el momento, vas a conocer a estos pequeñajos, serás un buen tío con ellos, estoy segura que sí.

Aquella revelación destruyó más la determinación del menor, rompiéndose aún más. "No la pude salvar", pensaba.

Horacio cruzó la puerta, sosteniendo la mano de ella hasta que tuvieron que soltarse forzosamente.

La luz brillante volvió a sofocar su visión, esta vez, sus ojos se abrieron dando paso a una extraña habitación de hotel y luego se dio cuenta que todo fue un sueño.

Un cruel, pero hermoso sueño.






N/A

Esto siguen algunos diálogos del rol, claro, el ambiente si que está modificado. Solo quería sacarme de encima el sentimiento de volver a ver a mi niña así sea en sueños o en el limbo, éste último siendo una teoría.

-Ker

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