VI

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Anoche no pude evitar pensar en cómo fue la tarde que nos conocimos.

Antes de conocerte, creía ser uno de los no afortunados seres en todo el mundo en no tener un alma gemela, antes de que los monstruos seamos liberados nuevamente, conocía a todo el subsuelo, con la esperanza de en algún momento ver como mi alma era ligada junto a la de alguien más...

Nunca paso, incluso cuando cayeron anteriores humanos, mi esperanza se iba desvaneciendo.

Escuchaba como todos contaban lo bonito que era ver ese delgado hilo rojo a donde sea que vayan.

Les tenía envidia.

...

Hasta que pudimos salir, ver el cielo, el agua, ver nubes después de años prisionero, sentir el calor del verano penetrar en mis huesos, sentir su calidez, sentir como el perfume del bosque y flores entraba a mis fosas nasales, son sensaciones muy difíciles de explicar.

Una semana luego, chocamos por accidente, sentí una calidez mojar mi alma, como si fuera bañada por uno de los más dulces caramelos.

Casi lloro de la emoción por ver ese hilo que anhele por tanto tiempo.

Logre verte a ti, encontrarte a ti, y aunque de a poco sea difícil de asimilar para ti, florecita, voy a esperar todo lo que haga falta hasta que logres corresponderme.

Me deprime saber que tu alegre alma pueda nunca llegar a latir por la mía, pero tengo esperanzas y determinación para hacer que eso cambie.

Atte: Sans the Skeleton

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_____ leía con algo de ternura la nota que le había sido entregada, acariciaba con dulzura el pequeño cordón que se había formado en su alma.

Leía con algo de gracia y embobamiento el nombre del esqueleto, se notaba que lo había escrito nervioso, ya que las letras estaban algo torcidas, como si hubiera estado temblando a la hora de apoyar el bolígrafo en el terso papel.

— Tal vez.... Deba responderte del mismo modo, ¿no... Sans?

¡ Hey Extraña ! (Sans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora