Reparando lazos

2.4K 199 40
                                    

El hecho de que no hubiera pasado parte de la noche dándole vueltas a su conversación con Marinette se debía únicamente a que, al igual que ella, estaba exhausto. No tardó en quedarse profundamente dormido; increíblemente, ni siquiera soñó. Cuando su alarma lo despertó cada músculo de su cuerpo le dolía terriblemente; ya estaba comenzando a salir de la cama cuando Plagg le recordó de una manera no tan cariñosa que ese día no tendría clases, y agradeciéndole al universo, el rubio volvió a dormir hasta bien entrado el medio día. Como si la vida quisiera recompensarlo por todos los malos ratos, Nathalie le comunicó que ese día no tendría clases de esgrima, ni lecciones de mandarín y que su sesión fotográfica había sido suspendida. No podía creer lo que estaba escuchando: por primera vez en años, Adrien Agreste tenía un día completamente libre.

Durante todo el día estuvo pensando en Marinette/Ladybug. El amor de su vida había correspondido sus sentimientos, y el, como un idiota, la había rechazado como superhéroe e ignorado en su forma civil. Su kwami solamente se reía como desquiciado mientras el chico se lamentaba por esa tragedia.

- Ni Pligg, Mirinitti is sili ini imigui - Dijo el kwami, imitando de forma burlesca esa frase tantas veces dicha por su portador. - De verdad, eres el portador más ciego que he tenido. Con todas las veces en las que se le han escapado comentarios sobre sus compañeros de clase, el mismo olor a pan y chocolate, los mismos ojos, el mismo color de cabello... Cielos, ¡la transformación de la chica ni siquiera le cambia el peinado! ¿Cómo lograste ignorar eso por tres años?

Adrien no contestó, pues no tenía ningún argumento para defenderse. Ambos estaban de acuerdo en que había actuado como un idiota. Y en parte, por culpa de esa idiotez, la chica a la que amaba estaba sufriendo. Claro, no podía tomar responsabilidad por las acciones de sus demás compañeros, los profesores o los padres de su amiga, pero aún así, tenía la impresión de que, de no haber sido tan ciego, de haber estado a lado de la chica que amaba para apoyarla en esos momentos, Marinette jamás habría llegado a su punto de quiebre. El kwami notó de inmediato la tristeza del chico y se dispuso a adoptar esa postura paternalista que había desarrollado en los últimos días y animar a su portador; no quería que terminara siendo poseído por un akuma.

- Mira el lado bueno; ahora conoces la identidad de Ladybug y sabes la verdad sobre tu amiga, puedes cambiar las cosas. Aún no es demasiado tarde.

- ¿Y si me odia por no confiar en ella desde un inicio? ¿Y si cree que actúo por lástima y me rechaza por eso? ¿Y si nos volvemos amigos, pero me rechaza cuando le declare mi amor por ignorarla en su forma civil? Además, dijo que ya no está enamorada de mi. ¿Eso significa que arruiné todas nuestras posibilidades juntos?

- Muchacho, estoy segura de que ella te va a disculpar. Esa chica tiene un enorme corazón. Por algo es la portadora de Tikki. Solo deja de hacer una tormenta dentro de un vaso de agua y concéntrate de una buena vez en comenzar a recuperar su amistad. Y dame algo de Cammembert que me estoy muriendo de hambre. - El chico no pudo evitar poner los ojos en blanco ante este comentario.

- Plagg, no han pasado ni dos horas desde que comiste. ¿Acaso tienes un agujero negro en el estómago?

- No, pero alguien ha estado abusando de sus transformaciones. Y no me quejo, pero si quieres seguir haciéndolo, este kwami tiene que estar bien alimentado.

- Comerás después. Ahora tengo que ir a verla. Tengo que asegurarme de que esté bien después de la descarga emocional de anoche.

- ¿Piensas ir como Chat Noir?

- Por supuesto. En este momento, Chat Noir es la única persona en la que confía. - Respondió Adrien, como si fuera la cosa más evidente del mundo.

DescensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora