Capitulo 3

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Espero por una eternidad

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Espero por una eternidad. Mucho tiempo después de que los sonidos de los helicópteros y los motores se han desvanecido.

Mojado y temblando sobre mi pecho, me doblo, y abrazo mis piernas, mientras frotando mis extremidades suavemente hasta las pantorrillas, mis manos se deslizan sobre la piel de color rojo y dorado. Mi ala herida arde y palpita mientras me detengo, escuchando, pero ya no hay nada. Sólo el susurro del bosque y el apacible suspiro de las cascadas que me rodean.

Ningún hombre. Ningún cazador. Ningún Chan.

Frunzo el ceño. Por alguna razón esto me molesta. Nunca lo veré otra vez. Nunca sabré por qué me dejó ir. No sabré si realmente me susurró lo que creo que dijo. Hermoso. En ese momento, simplemente conectamos. De alguna extraña manera, había sucedido. Es difícil traer los recuerdos a mi cabeza. Había creído que el iba a delatarme. Los cazadores usualmente no son buenos con la misericordia. Sólo nos ven como presas, como una sub-especie que debe ser abatida y vendida a nuestra mayor amenaza-los Enkros.

Desde los albores del hombre, los Enkros han estado ansiosos por los dones de nuestra especie, obsesionados con vencer nuestras diferencias o mantenernos cautivos para su uso: debido a las propiedades mágicas de nuestra sangre, a nuestra piel que parece armadura, a nuestra deliciosa carne, a nuestracapacidad de detectar gemas bajo la tierra.

No somos nada para ellos. Nada con un alma o un corazón.

Así que ¿por qué me dejo ir?

Su increíble rostro relampaguea en mi mente, impreso allí. Su pelo liso mojado. Sus intensos ojos mirándome sombríamente. Debería ver la cara de Changbin.

Changbin era mi destino. Lo he aceptado a pesar de que me quejo y que trato de arriesgarme a la luz del día, solo para librarme de él.

Solo estaba tratando de alargar el tiempo todo lo posible, hasta que no pudesoportar más la fría humedad de mi refugio. Teniendo cuidado de no caer en una trampa, tranquilamente salgo y me deslizo en el agua helada. Escalo la pared de rocas dentada, mi única ala trabaja duramente, pegando contra el viento, las membranas se tensan y duelen en su frenesí.

El aire agrieta mis labios mientras trepo hasta la cima. Entonces colapso, absorbiendo el espeso y grueso aroma del suelo. Mis palmas cavan sobre el suelo húmedo. La tierra me fortalece, zumbando en mi cuerpo. Enterradas muy por debajo de la tierra, las rocas volcánicas ronronean como un gato durmiendo. Puedo percibir esto: oírlo, sentirlo, alimentarme de ello.

Siempre era así-esta conexión con la tierra fértil, cultivable. Eso era lo que iba a sanar mi ala. No, ninguna medicina hecha por el hombre. Atraigo las prosperas fuerzas, que dan vida a la tierra hacia mí.

El olor a lluvia pasea en la niebla pegajosa. Elevándome, entro en su abrazo que me espera, emprendo un nuevo viaje de regreso al lago, donde mi bicicletay mis ropas esperan. La luz del sol débil se filtra a través del pabellón de ramas, luchando en contra de la niebla y convirtiendo mi fría piel en un bronce rojizo.

Almα de Fuego | Mınchαn |Where stories live. Discover now