Una Sutil Advertencia.

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Izuku se acomodo en su asiento en completo silencio, observando detenidamente al ceniza quien por su parte leía detenidamente un libro de pasta gruesa.

Varios de sus compañeros ya estaban presentes y ninguno parecía querer hablar con el explosivo de forma aparente.

Era la oportunidad perfecta.

O eso creía.

--- Katsuki~ hombre, ni siquiera te despediste ayer.--- comento un chico de cabellera castaña.
--- Cállate imbécil, tenía prisa y ustedes estaban estorbando.--- la respuesta fue algo sorpresiva por lo brusca que fue, sin embargo, Izuku trato de ignorar aquello.

--- Y de nuevo con eso... No te haría daño pasar una tarde de videojuegos con nosotros, eh.--- pronunció un chico azabache, sentándose en la orilla de su asiento.

--- No gracias, terminaría igual de idiota que ustedes.---

--- Que malo, Katsuki.--- ambos chicos soltaron una risita por lo bajo, siguiendo con una conversación amena en lo que respecta a ellos.

Midoriya tenía muchas preguntas en ese momento, tendría que aguantar hasta donde pudiera y-

--- Buen día, chicos, lamento la tardanza.--- oh, el profesor había llegado, cierto, tenía que concentrarse.

El recuerdo cambio una vez más, fue repentino y en cierta forma demasiado pronto.

--- ¿Por qué estás aquí?--- fue la primera cosa que Bakugou dijo una vez que ambos estaban solos en el salón de clases.
--- Y-yo...--- Izuku trago grueso, cerrando sus ojos y dando un suspiro para calmarse.
--- Necesito hablar contigo-

--- Creí haber dejado claro que yo no.--- hablo el rubio, guardando sus manos dentro de su pantalón holgado.
--- No lo entiendes, ese día... El día en que tú... ¡Ocurrió muy distinto a lo que tu madre dijo!--- exclamó con una mano cubriendo su pecho, sintiendo ya las lágrimas adornar sus ojos.

--- No fue mi culpa, yo no te causé esto, si me-

--- ¿Cuál es la diferencia?--- gruño Katsuki.
--- Si mientes o no, ¿Que importa? De cualquier forma tu tienes algo que ver, ¿No es así?---

--- C-creo-

--- ¿No es así?---

Los presentes observaron como se desarrollaba la escena, un tanto frustrados por la actitud que el explosivo tenía hacia el mayor.

--- S-si pero-

--- Eso es suficiente para que sea tu culpa.--- pronunció con seriedad.
--- Sin mencionar que mi madre no es una mentirosa...--- comenzó a dar lentos pasos hacia el tembloroso cuerpo del pecoso.

--- ¿Entiendes lo que quiero decir?--- pregunto el ceniza, observando al peliverde fijamente sobre su lugar, haciéndolo sentir cada vez más pequeño.

--- P-pero Kacchan-

Una mano se poso sobre su hombro, enterrando aún por encima de la ropa del uniforme sus uñas sin piedad, tomando sin permiso uno de sus tantos cuadernos, sonriendo burlesco antes de tirarlo al suelo y acercarse hasta la oreja del mayor.

--- Está es la última advertencia, imbécil... Si me dejas en paz yo haré lo mismo, dejaré tú penosa existencia lejos de mi vida...--- el agarre se hizo más fuerte.

--- Pero si sigues con tu estúpida fantasía yo mismo me haré cargo de que me odies tanto que querrás haber deseado no conocerme.--- se separó con una maniática sonrisa que a varios de la Clase A les causo escalofríos ante la nueva expresión en el explosivo.

Recuerdos Perdidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora