Solo otra mentira [#ONC2021]

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—¿En serio tienes poderes? Es que, aún no me creo lo que sucedió anoche. Primero, estaba tumbada en la hierba contigo pensando que ibas a... En fin, de pronto estaba en 1946 y, luego, como si nada, otra vez en ese parque.

—Que no era un parque, era un campo de golf. Y, ¿quieres dejar de pensar que iba a matarte? ¡A ver si te entra de una vez en la cabeza que no quiero hacerte daño! Además, por enésima vez, no son poderes. Son solo habilidades muy desarrolladas. Y, muy chulas, debo decir.

Se ríe como si fuera el cómico de mayor caché del panorama del humor y le propino un codazo. Es exasperante.

—No es eso lo que pensaba que ibas a hacer —se me escapa, demasiado rápido, y trato de cambiar de tema mientras se me inundan las mejillas de un vergonzoso tono carmesí—. Llámalo como quieras, pero son poderes. Una persona normal no me haría viajar al pasado, ¿no te parece?

—Técnicamente, no viajaste al pasado, solo viste algunas cosas sueltas que ni siquiera entiendes aún —hace una pausa y me observa con curiosidad—. Si no creías eso, ¿qué es lo que pensabas que iba a hacer?

—Mira, eso... eso ahora da igual. Tienes que hacerlo otra vez, tienes que poner esas imágenes en mi cabeza de nuevo.

Alguien llama a la puerta y Deon se levanta como un rayo para abrir. Al otro lado, la mujer que trajo a Vinnie nos saluda, sin mirarnos a la cara. Parece avergonzada.

—Siento interrumpir, pero quiere verte de inmediato. Y sabes que odia esperar —agacha la cabeza y gira sobre sus talones nada más entregar su mensaje, dispuesta a desaparecer lo más rápido posible.

—¡Espera! —le grita Deon, antes de perderla de vista—. Quédate con ella, por favor. Yo volveré en seguida.

Estoy a punto de decirles que no necesito una niñera, cuando ella se para en seco y asiente con la cabeza, en un gesto que me parece excesivamente formal. ¿Acaso Deon es su jefe?

La mujer entra en mi habitación y se sienta en un pequeño sillón que está pegado a la pared, justo enfrente de la ventana. Me observa sin decir nada y sonríe. Me muero de ganas por someterla a un interrogatorio y, no sé si prefiero saber primero cuántos años tiene, a qué peluquería va o cuál es su superpoder, si es que lo tiene. En realidad, no es una mujer como me había parecido sino, más bien, unachica de mi edad, o incluso menor. Y, en cuanto a su pelo, es una pasada. Es azul cobalto, del mismo exacto color que sus ojos. Lo lleva algo más claro en las puntas y le llega por la mitad de la espalda. Sé que Deon ha dicho que le gustan mis rizos, aunque ni siquiera son tal, pero los de ella son brutales. Siento una punzada repentina de celos y odio esa sensación.

—Siento lo que te ha pasado. La verdad, es que es una mierda —me dice, no sé cómo, porque no he visto sus labios moverse.

—¿Cómo te llamas?

—Blanche —sus labios permanecen cerrados y me pregunto qué clase de brujería es esta—. Es mi nombre real, he dejado de usar el otro.

Oigo su voz en mi cabeza, alta y clara, pero extraña. He visto las suficientes películas de ciencia ficción como para entender que no es su voz como tal, sino su pensamiento. ¿Ahora puedo leer el pensamiento de los demás? Aún no comprendo muy bien mi habilidad especial, no sé ni cómo referirme a ella, ¿y ahora tengo otra?

—No, no puedes, que yo sepa. Pero, yo, sí. Y, también, puedo proyectar mis pensamientos en otra persona, como estoy haciendo contigo. Por eso puedes oírme. Aún no me acostumbro, es super raro.

Parece incómoda, no por mí, sino por la situación. Algo me dice que, de habernos conocido en otras circunstancias, habríamos sido amigas. Quizás, también podamos serlo en estas circunstancias.