4. NP1: DÍAS QUE SE FUERON

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Te estoy mirando frente a mí, desvaneciéndote...

¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! Tú no tenías que morir aquí, sin embargo, tu vida se está extinguiendo, llevándose contigo todo rastro de mi felicidad.

Cuando al fin nos entendíamos y la idea de un futuro juntos no sonaba mal, el mundo se encargo de separarnos para siempre de inmediato, como si lo que estuviéramos haciendo fuera un sacrilegio, un pecado... "Un plebeyo y alguien de la realeza no deben de estar juntos bajo ningún motivo"... parece que el destino trata de decirle eso al universo con nuestro caso.

Para mí mala suerte, a pesar de que la partida de Asta me devastó y nadie podía darme consuelo, mis problemas apenas comenzaban...

Primero, renuncié a los toros negros, no podía estar en el mismo lugar en el que pasamos todos los días juntos de los últimos tres años desde que conocimos. Además que fue el lugar que vio crecer mi amor por ti, y también el tuyo por mí, aunque nunca me enteré de eso último, tal vez si lo hubiera sabido antes, las cosas habrían cambiado... No.
Ya no tiene sentido pensar en eso ahora. Tal vez todo estaba escrito desde el minuto uno.

Ni siquiera me detuve a despedirme de los chicos, no pude, eso me podría aún peor. Simplemente los abandone. Me pregunto como se lo habrán tomado. ¿Me habrán comprendido, o pensarán que soy una cobarde? Como sea, ellos nunca me buscaron.

Regresé al Palacio de los Silva. Mis familiares aceptaron mi regreso, pero eran indiferentes conmigo, tampoco fue tan malo como antes de ser caballero, al menos en un principio.

Estando allí noté que depresión no era lo único que padecía. El destino me tenía preparado mucho más que eso...

A veces me sentía débil, mareada y con náuseas, entre otros síntomas.

Pero no... Yo no podía estarlo... era imposible... O al menos yo creía que lo era en ese momento. No importaba que tantas explicaciones diera en mi cabeza, no valían de nada. Debía asegurarme completamente de que no fuera así. Le pedí ayuda a Vanessa, en única vez que yo contacté con alguien de los toros después de mi partida. Sin contarle muchos detalles, para no levantar sospechas, le pedí que me sugiriera algún lugar donde me pudiera revisar sin que nadie más supiera algo.

La respuesta dieron me dejó en shock. No podía creerlo. Solo había estado con Asta una vez, fue aquella noche, era improbable quedar embarazada tan fácilmente. Yo no podía ser una madre soltera, todas las consecuencias que me traería como miembro de la realeza serían terribles. Al grado que sería mejor estar muerta en ese momento.

Obviamente nadie debía de saberlo, mientras pensaba en alguna manera de librarme del problema. Mucho menos debían saber quién era su padre, si se enteraban de su descendencia, sería mi fin. Nadie debía enterarse de nada. Así que lo mantuve todo bien oculto los primeros meses. Nadie sospechaba, pero durante ese tiempo comenzaba a pensar en tener ese bebé. La idea de tener una vida creciendo dentro de mi, y dependiendo sólo de mi me llenaba el corazón, además era lo único que me quedaba de él. Era nuestro hijo después de todo, de alguna manera yo debía convencer a todos de que podría con la responsabilidad y que todas las consecuencias recayeran sobre mí, pero que dejaran en paz al pequeño.

Yo quería realmente tener ese bebé, nuestro bebé. Entonces la idea de deshacerme de él quedó descartada. Yo no podría nunca hacer algo como eso, sin importar los problemas que me causara. Pero mientras me convencía de aquello pasaron varios meses y me fue imposible ocultar mi embarazo por más tiempo, tampoco pensé en la forma eficaz de convencer a mi familia para que aceptaran a este niño como uno más de nosotros.

Cuando el abultamiento en mi vientre y mi comportamiento hicieron evidente mi embarazo, los cuestionamientos y los verdaderos problemas comenzaron.

AÑOS PERDIDOS ( AstaxNoelle)Where stories live. Discover now