Entonces...

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Shikamaru ignoro al mundo, claramente sus prioridades no contaban con agradarle a los miembros de su equipo. Aunque Ino es la única que parecía demasiado preocupada por arreglar lo que ella arruinó durante su infancia.
Extrañaba a Naruto, pero había aprendido a darle su espacio, aunque no todo el tiempo se quedaría a un lado esperando.

—¿Qué piensas?—la voz suave de su tormento rubio apareció de repente.

—En cómo desearía que pasaras más tiempo en casa—declaró divertido sin moverse de su lugar.

—¿Lo dices por tu mamá?—cuestionó abrazando por la espalda al chico.

—Ella es más amable cuando estas de visita—admitió divertido.

Era extraño como Naruto podría hacerlo sonreír a otro nivel casi empalagoso, dulce, como sí hubiera encontrado a lo mejor de su vida.
Pero la gente había aprendido a dejar de cuestionar como él heredero de los Nara pasaría sus días dando vueltas con el demonio de las nueve colas y con él único sobreviviente de los Uchiha. No es como sí esas personas que susurran por lo bajo cuando pasan, insultan al chico rubio tuvieran algo mejor que hacer. Que hablar de las vidas ajenas.
Pero Shikamaru solo podía pensar en cómo Naruto hacia que su madre se vuelva la mujer menos aterradora del mundo.

—Tú madre es dulce, Shika—declaró adelantándose y caminando de espaldas sin mirar por dónde caminaba.

—Te vas a caer—regaño suavemente mirando con diversión como Naruto podría fingir que no veía las miradas de odio que llegaban a su dirección.

—Esta todo bien—con las manos en la cabeza y la sonrisa enorme intento calmar a su amigo—te preocupas demasiado.

—Eres demasiado confiado—aseguró con voz divertida—¿Tienes alguna noticia nueva?—pregunto suavemente, había pasado un tiempo desde que hablaron.

—Shika—se detuvo, dejando de lado su sonrisa y mirando al azabache con seriedad muy extraña en él—tendré un viaje de entrenamiento con el viejo sabio de los sapos—declaró.

Shikamaru dejó de pensar en cualquier cosa que él niño rubio pudiera decirle. Siempre pensó que Naruto tendría el mejor entrenamiento en la aldea, pero ciertamente el viejo sabio había llegado para cambiar eso.

—¿Iruka-san sabe de esto?—la voz se le atoro, sentía un enorme nudo en la garganta.

Le era difícil hablar, la lengua le pesaba dentro de la boca y sentía que era difícil moverla para formar oraciones coherentes dentro de su rango mental y físico. Era un esfuerzo sobrehumano no pensar en cómo Naruto se alejaría.

—Estan discutiendo sobre ello—expresó—Kakashi e Iruka me dejaron salir mientras hablaban con el viejo pervertido—se encogió de hombros restándole más importancia de lo necesario.

Shikamaru dejó de moverse. Su consciencia estaba en el fondo de su mente pensando en cómo es que Naruto se iría, cuando tiempo estarían lejos, quien cuidaría del rubio explosivo. No entendía porque debían separarse. Aunque estaba feliz de que su obsesión quisiera ser más

—¿Estás seguro?—cuestionó aún sintiéndose entumecido y demasiado cansado.

—Sí—sonrió tan grande y fuerte—aunque Sasuke no está muy feliz con el viaje.

Shikamaru detuvo su caminata y se quedó mirando hacia el rubio. Tenía tantas ganas de decir que él tampoco estaba feliz con dejar ir a Naruto tan fácilmente. No es como sí pudiera decirle eso al chico rubio. No cuando la sonrisa era brillante, enorme y lucia encantadora en él niño.

—Bien—afirmó.

Naruto suspiro, pensando en todo lo que tendría que hacer para que el Nara no pensara que lo estaba abandonando. Y todavía le tocaba pensar en cómo convencer a Sasuke que estaría bien. Aunque podría dejar esos pensamientos para más tarde.

—¿Quieres qué ayude a tu madre a cocinar?—la sonrisa nunca abandono sus labios, pero la verdad es que no se sentía tan feliz ante la mirada decaída de Shikamaru.

—Naruto—llamo deteniendo las divagaciones del rubio—prometes regresar, ¿verdad?

El rubio suspiro mirando con atención y sin pensarlo dos veces se arrojó a los brazos del chico. Su risa podría ser contagiosa en cualquier momento, pero en ese instante. Sonaba a una risa un poco adolorida ante el pensamiento de no volver a ver al chico.

—Eres un tonto—aseguró suavemente—no podría dejarte, no pienses en esas tonterías—prometió dando un beso en su mejilla.

Shikamaru asintió con una sonrisa perezosa formándose en sus labios. Abrazo a Naruto con fuerza y no pudo hacer más que asentir y confiar. Tener la fe suficiente para creerle a su persona preciosa de que regresaría bien a casa. Que nada podría salir mal, no después de la traumatica experiencia con Orochimaru y luego con Gaara.
Aunque podría imaginarse al pelirrojo respetando a su rubio de ahora en adelante después de la lucha.
Ciertamente no había querido tomar al niño del cuello y ahorcarlo, no, cualquiera que dijera que estaba preocupado por cómo Naruto fue golpeado y lo rápido que fue al hospital estaría mintiendo. El nunca correría, no de la forma en la que su padre y madre le contarían a Kakashi e Iruka. Quienes aún se ríen de eso.

—Vamos a casa, mamá sigue preguntando por ti—no quería dejarlo ir, pero a veces las personas deben tomar sus momentos para volar.

—¡Yo igual la he extrañado, Dattebayo!

Mientras ellos caminaban al complejo Nara. Kakashi junto a Iruka mantenían una conversación demasiado extraña con Jiraiya. Quien parecía querer estar en cualquier lugar, enfrentándose a grandes desastres y no a Iruka.

—¿Cómo qué quieres llevarte a Naruto a un viaje de entrenamiento?—él castaño se detuvo de cortar los vegetales para la comida y sostuvo el cuchillo en alto—repite lo que has dicho.

El respeto había quedado de lado ante la mención del nombre de Naruto en la platica. Kakashi sonrió con entusiasmo al ver como el color desaparecía del rostro del viejo sabio de los sapos.

—Para que pueda mejorar sus habilidades y control con el chakra—intento, claramente lo intento. Pero nunca se espero el cuchillo en su dirección, aunque en el fondo sí lo esperaba, pero quería creer que estaría equivocado.

—Repite lo que acabas de decir—exigió.

Tal vez Kakashi podría decir que sí, luego de que Iruka mantuviera al viejo pervertido en una tortura. Disfrutaría del espectáculo hasta que tuviera que evitar que mataran al hombre.

Este capítulo fue difícil, simplemente imaginar que Naruto hablaría de esto con Shikamaru me dolió. 🥺

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