Número 3: Perdido y sin rastro

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Estoy buscando a mi padre. Grisha Yeager. —respondió, apartando sus ojos del par gris que ahora le dirigían una mirada llena de confusión.

—No sabía que los titanes tenían parientes.

—No lo entenderías. —tajó bruscamente el titán.

Levi se quedó pensativo un momento sin prestarle atención a aquello. Grisha Yeager... Ese nombre sin duda le resultaba conocido, pero no sabía de dónde exactamente. Terminó por asentir y darse la vuelta camino a la salida.

—¡Espera!, ¿Me dejarás otra vez con la mujer de lentes? —en su tono podía notarse cierta inquietud. Pero Levi sólo se dió la vuelta y le dirigió una sonrisa burlona mientras se encogía de hombros.

—¿No es obvio?

—¡Pero está loca! —se removió con dificultad bajo las cuerdas que lo atrapaban—. Seguramente voy a morir antes de que logres ponerme una mano encima, ¿eso es lo que quieres?

Para su mala suerte, las manipulaciones no funcionaban contra él. Levi sólo atinó a reírse en su cara, dando a entender que no le importaba en lo más mínimo. ¡Si hasta le resultaba divertido!

Era tan típico de Hange asustar a la gente, ahora los titanes se sumaban a su lista.

—Ya te acostumbrarás. Suerte, fortachón.

Alzó la mano en un gesto de despedida, esta vez sin intenciones de volverse, y a Eren no le quedó de otra que mirarlo marcharse, dejándolo completamente solo y en silencio. Pero claro estaba que su paz no podía durar demasiado, ya que pronto comenzó a llenarse el lugar con la misma gente de antes.

—A ver, Eren —pronunció Hange una vez se hubo posicionado frente al castaño nuevamente—, volvamos a lo nuestro, por favor abre la boca.

Lejos de obedecer, Eren la miró con mala cara. ¿Qué le sucedía?, ¿estaba todo en orden en su cabeza? presentía que no. Gruñó en respuesta, perdiendo el habla por un momento.

Por otro lado, Levi se dirigía a paso rápido a la oficina de su comandante con un sólo objetivo en mente; investigar. Su cabeza procesaba la nueva información a una velocidad tan hostigante que incluso el tan aclamado Flash hubiese parecido lento en comparación. 

Así que los titanes han encontrado la forma de reproducirse...

Ese simple pensamiento le mantenía inquieto, pero lograba explicar el porqué aún no habían logrado su extinción. Al llegar, entró sin tocar y llamó al rubio por su nombre, dejando de lado todo gesto de cortesía. Erwin parecía no esperar su visita, por lo que le tomó por sorpresa, pero aún así le dedicó una sonrisa mientras apartaba la vista del papeleo que sostenía y que poco antes había estado mirando ceñudo.

—¿Sabes quién es Grisha Yeager? —preguntó sin rodeos, esperándose cualquier tipo de reacción de parte del contrario, pero no una mirada tan tranquila como la que le dió. 

—¿El doctor? —inquirió de vuelta, dejando nuevamente sobre la mesa los papeles, con el fin de poner su atención en Levi, a quien le pareció totalmente lo contrario; a sus ojos, Erwin estaba mirando los documentos en su escritorio totalmente distraído.

Levi no se esperó esa respuesta, por lo que, con una ceja alzada y tomando asiento en el desgastado sillón de tela marrón frente al escritorio de su despacho, volvió a preguntar:
—¿Es un humano?

Titán De Ataque [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora