Entre tormentas y arcoíris (lgbtqia+) (Completa✔️) Publicado por planeta

Rota

🎶Broken - Anson Seabra🎶

Presente

Cuando llegamos a la sala de espera las gemelas se van directo a donde están los padres de Leigh y yo regreso a mi lugar junto a Avery, quien me mira con ojos cansados. Deben ser alrededor de las tres de la madrugada, ni siquiera he visto mi celular.

—¿Todo bien? —pregunta cuando me siento a su lado.

—No, Avery, nada está bien —respondo con sequedad, él hace una mueca de arrepentimiento y desvía la mirada.

—¿No crees que deberías ir a casa a descansar un poco?

Lo miro con incredulidad. Ambos sabemos que las posibilidades de que consiga cerrar los ojos y descansar son nulas en este momento.

—No puedo irme a casa.

—Puedes volver en la mañana. Estoy seguro de que Leigh estará bien —vuelve a intentar, esta vez mirándome—. Sé que no quieres irte, pero también tienes que descansar. Ha sido un día duro para ti.

No sé qué tanto ha estado hablando con mi madre, pero por la mirada que me da puedo llegar a hacerme una idea.

Me giro para mirar la pared blanca que hay frente a mí. No quiero verlo.

—June —me llama, me pongo rígida al escuchar mi nombre real salir de sus labios, muy pocas veces me llama así—. Tienes que...

—No me digas lo que tengo que hacer —le espeto. No quiero desquitarme con él, el cielo sabe que es lo que menos quiero, pero no necesito que intente manejarme, no quiero sentir que no tengo control de lo que hago, de mi vida. Ya no—. Vete tú si quieres, yo me quedo.

—Solo quiero que estés bien —me dice, y su voz dolida me hace sentir aun peor. Me giro hacia él con los ojos nublados por las lágrimas y la respiración agitada. Mis manos se aferran al asiento y estoy segura de que mis nudillos están blancos. Contrólate, contrólate, contrólate—. Es lo único que quiero.

—¿Tienes alguna clase de súper poder que haga que nada de esto haya pasado? —cuestiono, y no hablo solo del accidente. No responde—. Entonces no vas a lograr que me sienta mejor. Nunca me sentiré mejor.

—No digas eso —me pide, sus ojos se ven vidriosos por las lágrimas contenidas.

—Estoy rota, Avery. Mamá dejó que me rompiera... y tú también lo permitiste —susurro, me llevo las rodillas al pecho y rodeo mis piernas con mis brazos—. No puedes arreglarme. Ni tú, ni mamá... Leigh lo intentó, y mira cómo acabó.

Mi garganta quema, y no porque esté perdiendo el control, sino porque las palabras que acabo de pronunciar me prenden fuego por dentro. Me duele, pero no puedo evitar que esa sea la realidad.

Estoy rota.

Rota, rota, rota.

—¿No se te ha pasado por la cabeza que olvidar todo lo que pasó fue un maldito regalo? Imagina tener que recordarlo todos los días, cada noche, cada minuto. No eres la única que estuvo ahí. También estaba mamá, estaba yo. Y si nosotros hemos logrado sanar, aunque sea un poco, tú también puedes.

Sus palabras me sientan como una bofetada. Ha pasado tanto en cuestión de horas que en ningún momento me he parado a pensar en Avery. Y me duele, pero no sé qué hacer con ese dolor, no puedo sufrir por él también, por mamá... Simplemente no puedo.

—Tuvieron años, Avery —respondo con la voz rasposa—. Yo solo he tenido unas horas. No soy la persona que crees que soy, no soy ni genial ni fuerte ni inteligente. No me pidas tanto.

Avery se quita una lágrima que corría por su mejilla y se inclina para besar mi cien.

—Algún día vas a ser capaz de ver todo lo yo que veo, lo que vio Leigh cuando se enamoró de ti —susurra contra mí—. Pero hasta que ese día llegue, me tienes a mí. Siempre me vas a tener, Nita. Y a Leigh también. A todos.

Mi corazón se rompe por milésima vez.

Daría todo por creerle, pero incluso si le creyera, a veces simplemente no basta. A veces estás hecha para romperte y seguir rompiéndote hasta que ya no quede nada de ti.

Pero en el fondo, siempre he esperado que ese no sea mi destino.

Leigh lo creía.