✨Capítulo IX✨

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Desperté rápidamente por el susto que me dió el despertador y me preparé. Eran las 5 de la mañana realmente no quería ni ir pero tampoco me quería quedar sola así que me preparé y bajé, no tengo ni idea de como hizo eso pero Nikolai ya estaba preparando esperándome.

—¿ya estás lista?—

—s-sí pero ¿no desayunamos?—

—desayunaremos en el avión— suspiré y le seguí los pasos

Me metí en el coche como pude mientras Nikolai conducía, era incómodo el ambiente que había.
Lleguemos al aeropuerto y como pude puse un pie en el suelo y me dirigí dentro con ayuda de Nikolai, nos montemos y en minutos el avión despegó.
Unos asientos adelante había un chico de más o menos mi edad, era bastante guapo pero no quería incomodarlo y le dejé de mirar, me levanté y fuí al pequeño bar que había allí, me senté a pensar sin esperanzas y el chico entró por la pequeña puerta de el avión y se sentó a mi lado.

—un café, gracias— le ordenó a la azafata

—¿sabes? Deberías disimular mejor— esta vez me miro refiriéndose a mi

—perdón, me quedé fija mirándote sin darme cuenta— sonreí

—no pasa nada, a mi también me pasa—

—Alexa— le dije extendiendo la mano

—Louis— dijo aceptando mi mano para sacudirla

—¿a dónde irás?—

—he venido con mi padre adoptivo por trabajo, en realidad no debería estar aquí ¿y tú?—

—soy artista, dibujo para ser exactos—

—me encantaría verlos—

—puedes venir a Italia algún día y verlos ¿me darías tú número para pasarte la ubicación—

—claro— me extendió el celular y se lo marqué

—gracias—

—a ti, tengo que volver a mi asiento, mi padre se preocupará—

—está bien— sonrió despidiéndose

Llegué a mi asiento y Nikolai me miraba algo raro, diferente.

—¿Que has estado hablado con ese chico?—

—¿Que chico?—

—sabes de quién estoy hablando—

—nada, me ha preguntado que porque le miraba, yo solo le había mirado una vez— él rodó los ojos y siguió en lo que estaba ignorandome por completo.
Me senté y noté como Louis seguía mirándome pero pasé.

El vuelo acabó y lleguemos a Italia, me dolían las piernas de estar allí tantas horas pero aún así me puse los tacones y caminé hasta el coche que uno de los guardias de Nikolai tenía. Subimos y nos dirigió hacía donde nos hospedaríamos esta semana.

—¿quiere que la ayude señorita?— me dijo Dimitri

—no hace falta, yo puedo sola, gracias Dimitri—

Dimitri era de la familia, a todos le caía bien aunque daba impresión de que era malo por ser ruso al igual que Pietrov. Dejé mis maletas en mi cuarto y bajé encontrándome a Nikolai.

—¿a dónde ibas?—

—a ningún lado ¿Porque?—

—¿Crees que no me he fijado en como hablabas con ese chico o como te ha pasado su número?—

𝑩𝒆 𝑴𝒚 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora