Viridian: La guía verde

Cap. 8: Mirando hacia el futuro

Izuku mantuvo un ojo en el reloj y guardó todos sus libros cinco minutos antes de que terminaran las clases. Vio que algunos de los otros estudiantes le lanzaban miradas mientras pasaban los segundos y tragaba saliva. Con suerte, realmente se había vuelto más rápido desde que se convirtió en un justiciero porque no estaba esperando lo que le sucedería si no lograba escapar a tiempo.

La campana era como el arma al comienzo de una carrera e Izuku estaba fuera de la habitación antes de que la mayoría de sus compañeros hubieran agarrado sus maletas. Desde allí, se apresuró a ir a su casillero y luego a salir por la puerta. El único que podría esperar alcanzarlo en este punto sería Kacchan, pero Izuku esperaba que su suerte se mantuviera y Kacchan simplemente se fuera a casa como lo había estado haciendo durante las últimas semanas. No sabía por qué Kacchan parecía tomárselo con calma, ¡pero tal vez finalmente se había dado cuenta de que Izuku no tenía ninguna esperanza de ser mejor que él! ¡Quizás si Izuku mantenía la cabeza gacha, entonces Kacchan no lo vería como una amenaza y seguiría dejándolo solo! Era casi demasiado esperar.

Mamá estaba en el trabajo cuando llegó a casa, así que le envió un mensaje de texto rápido diciéndole que iría a ver las peleas de héroes mientras se cambiaba, luego agarró su honda y algunas docenas de canicas y salió por la puerta. Necesitaba acostumbrarse a su nueva arma, considerando que nunca antes había usado una honda, y podría ser solo su baja autoestima hablando, pero de alguna manera no pensaba que la mitad de una pelea fuera el mejor momento para practicar su puntería. De ahí el por qué iba a hacer alguna práctica de tiro.

Su primer pensamiento fue ir a un parque, pero no quería arriesgarse a encontrarse con alguno de sus compañeros de clase. Intentaron destruir sus cosas en el mejor de los días, pero si lo vieran practicando con un arma... bueno, Izuku no quería tener que volver a la ferretería tan pronto. Además, probablemente era mejor practicar en algún lugar apartado porque si la gente lo veía practicando con un tirachinas y luego Viridian comenzaba a usar un tirachinas poco después, entonces eso podría ser lo suficientemente sospechoso como para llevar a la policía a su puerta y él preferiría no hacer nada que preocupara a su mamá.

Entonces, los parques estaban fuera. Podía ir al bosque donde solía jugar con Kacchan, pero realmente no sabía si Kacchan todavía estaba ahí después de la escuela y realmente preferiría mantenerse fuera de su radar en este momento, por lo que no podía ir a la bosque. Eso, por supuesto, salió la playa.

La playa de Dagobah definitivamente no era tan bonita como lo había sido hace unas décadas, pero eso no fue realmente culpa de la playa, al igual que no fue culpa de Izuku que él fuera inútil. Era simplemente un hecho de la vida. A Izuku se le había presentado hace unos años cuando se había unido a Kacchan y sus amigos por una tarde y pasaron junto a él.

¡Oye, ahí es donde deberías vivir, Deku! Te sentirías como en casa con toda la basura.

Él había tenido algo de razón. Sí, la playa no olía muy bien desde que el extraño olor a pescado del océano se mezclaba con las pilas de basura podrida, pero la ventilación estaba bien, por lo que Izuku solo tardó unos minutos en dejar de notar el olor, pero era aislado y pacífico. No había nadie aquí para golpearlo o decirle que se suicidara, era solo él y toda la basura inútil que la gente había tirado. Fue agradable.

Izuku cavó en las pilas antes de encontrar una pieza de chapa que no estaba demasiado oxidada y la colocó contra una vieja lavadora, luego se paró unos metros atrás y sacó su resortera. Le tomó algunos intentos descubrir cómo pellizcar la canica a través de la bolsa para que no la dejara caer, pero muy pronto había alineado su tiro y apuntado al centro muerto de su objetivo improvisado.

Izuku respiró hondo y lo soltó. Ahora, si tenía razón, la canica debería hacer un sonido cuando golpeara el objetivo y ... bueno, o su objetivo no emitió ningún sonido o lo había fallado. De esas dos posibilidades, Izuku tuvo que admitir que la última era mucho más probable. Miró en la arena debajo del objetivo, pero no pudo ver la canica, por lo que obviamente su puntería estaba un poco equivocada. Buscó durante dos o tres minutos completos antes de darse por vencido y buscar una lona para poner detrás de su objetivo. ¡No quería que los montones de basura se comieran todas sus canicas antes de que tuviera la oportunidad de practicar!