Katsuki Bakugou era un ser invicto ante todo lo que hacía; deportes, actividades artísticas, y su vida familiar tampoco se encontraba tan mal. También, era popular entre chicas y chicos, lo que resultaría extraño debido al explosivo temperamento con...
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Por la mañana Izuku se despertó sintiendo el calor de los rayos de luz en su rostro. Después de la jornada anterior, el día apuntaba con ser más cálido que el día de ayer.
Estiró un poco los brazos para que su cuerpo también estuviera listo para cualquier movimiento.
Parpadeo un par de veces y bostezo solo una. Luego recordó que no estaba solo en su departamento.
Abrió los ojos y se paró de golpe apartando sus cobijas que le cubrían.
Se levantó y dudo mucho en abrir la puerta para ir a su baño. Seguramente su cabello era un desastre como siempre que se despertaba por la mañana. Quería arreglarlo un poco.
Pero para eso tenía que cruzar el pasillo que se veía desde su sala de estar.
Sin remedio, con sus propias manos intento ordenar sus rizos verdosos y con su playera trato de limpiarse la cara.
"Tranquilo, solo es un invitado más"
Inhaló y exhaló profundamente, pero eso solo le dió valor para abrir muy poquito la puerta y en ese espacio asomó sus ojos.
Pudo observar su sala en el mismo lugar de siempre, pero en el sofá donde se supone se tendría que ver un cuerpo, no había nadie.
Se alarmó completamente y salió de su cuarto para rodear el sillón. La cobija que le dió a Katsuki para cubrirse del frío estaba perfectamente doblada y puesta en una esquina del mueble.
—Se fue—
Al menos ya no tenía que preocuparse por su apariencia de recién despierto.
Sin embargo, la pequeña tristeza que sintió al ver el sillón vacío fue notable en su expresión.
—Ni siquiera se tomó la molestia de avisar, o dejar una nota al menos— ahora la tristeza se convirtió en enojo.
Recogió la cobija y comenzó a hacerse su desayuno.
Era urgente tener una conversación consigo mismo ahora.
Estaba perdiendo el control de una sola cosa que jamás imagino que pasaría. Porque no estaba en su plan original relacionarse sentimentalmente con alguno de los estudiantes.
—¡Shit!— medio grito cuando su mano no se alejo lo suficientemente rápido del sartén cuando echo el huevo, y algunas gotas de aceite llegaron hasta su piel.
