🔥Capítulo 17🔥

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Al otro día Mirokia despertó cuando sintió alguien acariciar su cabello.

—Que bueno que despiertas, Miri-chan —dijo Toga con una sonrisa.

—Buenos días.

—Leiko-san nos ha traído el desayuno.

—Que lindo se su parte.

Se sentó en la cama y comenzó a comer.

—¿Donde está ella?

—Con Tomura, están planeando algo.

—Que bien.

—Así que, anoche tuviste una pequeña aventura con el pirómano.

Esta se ahogó con su jugo al escucharla.

—Himiko, cállate —miró hacia la puerta.

—Tranquila, no tiene nada de malo que ustedes siendo amantes en secreto hagan cosas.

—No somos amantes y tampoco hicimos nada anoche.

—Lo que digas —dió un mordisco a su sándwich.

—Podrías tu cerrar la boca y no hablar de esto tan fuerte por favor.

—Solo bromeo, no dejaría que Leiko se entere y le haga daño a tu amorcito.

—Por Dios, basta ya.

*

Luego del almuerzo Dabi se puso su chaqueta sobre una camiseta negra y espero en la entrada a la chica. Esta bajo con una mochila y saludo arriba de la escalera, donde estaba Leiko.

—Nos vemos luego, Miri.

Comenzaron a caminar hasta el bosque en silencio. El chico iba serio hasta que sintió a la pequeña tocar su mano, que estaba en el bolsillo de su chaqueta.

Tomó su mano con una sonrisa y siguieron caminando.

—¿Que traes en la mochila? —preguntó para romper el silencio que había.

—Comida y algo para beber, le dije a Leiko que normalmente entrenamos hasta tarde y creyó que sería bueno traer algo para el descanso.

—No quería entrenar hoy en realidad, no me siento bien.

—¿Que tienes?

—No se, pero no tengo muchas ganas de entrenar.

Mentía, estaba molesto todavía por las palabras que aquella chica de pelo azul le había dicho en la noche.

—Bien —se acercó a el y se apoyo sobre su brazo—. Podemos solamente quedarnos sentados bebiendo algo. Pasar tiempo contigo es suficiente.

*

Hasta la tarde estuvieron sentados junto al lago y el silencio predominó la mayor parte del tiempo, ninguno de los dos sabía que decir, con el solo sentir la presencia del otro les era suficiente.

Dabi terminó su lata de refresco, ya que no había más que eso, y se quedó observando a la chica que remojaba sus pies en el agua.

Se acercó a ella y beso su frente repentinamente.

Esta se dejó dar ese pequeño gesto y se recostó en su hombro, sintiendo las caricias de el en su pelo.

—¿Que te pasa hoy?

—Nada, ¿por que?

—Estás muy cariñoso, no es muy normal en tí.

—¿Te molesta?

¿Angel o Demonio? [TERMINADA]Where stories live. Discover now