Capítulo 18

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Se giró para irse de nuevo pero Lisa la cogió del brazo, cerró la puerta de su habitación y la apoyó contra su cuerpo, entre ella y la madera maciza de esta

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Se giró para irse de nuevo pero Lisa la cogió del brazo, cerró la puerta de su habitación y la apoyó contra su cuerpo, entre ella y la madera maciza de esta. Acarició su mejilla, y sobraron las palabras. Lisa empezó a comerle la boca, desesperadamente. No había luz, apenas, solo por un par de agujeritos de la persiana sujeta a la ventana. Jennie rodeó su cintura con los brazos. Lisa la abrazó. Ella apoyó su cabeza contra su hombro y empezó a llorar de nuevo.

- No vuelvas a decir eso, no vuelvas a insultarte. - Dijo contra su cuello - tu eres lo más perfecto que mis ojos han visto nunca... y yo... yo...

- ¿Tu? - murmuró Jennie, separándose mientras la miraba. Sus pupilas se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir la figura de Lisa, y viceversa.

- Te amo, joder... te amo más que a nadie en este puto mundo. - volvió a besarla.

Y en ese instante, nada importó. Solo ella, ella... Jennie, que estaba entre sus brazos, que la quería, que la amaba, y se lo quería demostrar de todas las maneras posibles. No la dejaría marchar, no... porque sabía, ahora lo tenía claro, no tenía dudas, de que... de que su corazón la había estado esperando a ella, y solo a ella... Jennie, la chica llamo su atención desde el primer momento en que Adrick le había enseñado la sencilla foto. Ahora solo tenía ojos para ella, su corazón solo latía por ella, su respiración solo se agitaba por ella. Se había olvidado... hasta de Sunmi.

La desnudó. Sin dejar de besarla. La tumbó en la cama. Ella le apartó el albornoz. Tuvo el placer de contemplar el bello cuerpo de Lisa. Era completamente perfecta. La castaña sonrió y volvió a besarla, colocándose entre sus piernas. La acarició, toda... toda suya. Sus pezones ya estaban erguidos, y su sexo ya estaba mojado, invitándola a entrar. Quería hacerla suya... Dios... no deseaba nada más en estos momentos. Mordisqueó el cuello de Jennie haciendo que ella alzara las caderas. Lisa buscó un preservativo, no aguantaba más sin poseer el cuerpo de su amada mujer.

- No. - Jennie la detuvo. - Tomo la pastilla. - Rodeó su espalda con sus brazos y la acercó a ella. - Quiero sentirte... completamente. Sin... sin barreras de látex de por medio.

Lisa gimió escuchando sus palabras. ¿Hacerlo sin condón? A carne viva... sentirla, a ella, a su interior, sin algo que la cubriera... era la mejor propuesta que le habían hecho nunca.

- ¿Estás preparada para mí? - murmuró Lisa besándole la frente.

La morena asintió. Si hablaba se pondría a llorar. Apoyó la cabeza contra el hombro de Lisa besándolo. Sintió como ella empezaba a abrirse adentro de su propio cuerpo.

La castaña no pudo evitar gemir al sentir... como la húmeda y estrecha carne de su gatita comenzaba a ceñirle su miembro. Pero algo la detuvo. Había... alguna cosa allí. El corazón le latió fuerte. Ahora lo entendía todo, ahora entendía por qué Jennie no había querido sexo con ella, ahora... encajaban las piezas del puzzle. La miró, conmocionada. Ella tenía los ojos inundados en lágrimas. Aquel día la había visto llorar demasiado, y eso le dolía. Otra muestra de que lo que había allí, de lo que sentía, era mucho más que simple afecto. Jennie abrió la boca para decir algo. Quizás otro 'te amo'.

𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻 𝑯𝑬𝑹                JENLISA GIPWhere stories live. Discover now