Desde Las Sombras (NightGeno)

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Estos meses habían sido tan extraños, tan eternos. Geno nunca pensó estar en esta dicotomía emocional ante su captor tras tanto tiempo desde su rapto, volviéndose cotidiano todas las actitudes cambiantes de la Pesadilla y los pocos episodios de violencia que no ocurrían mientras se comportara como debía. No había felicidad en las acciones de Nightmare pero si compañía, no había amor en sus caricias pero si pasión y un lujurioso disfrute que lo hacia caer una y otra y otra vez, como una débil polilla hacia la luz de una fogata que terminaría por quemar sus alas.

¿Si aun recordaba el "pacto" hecho con la Pesadilla? ¡Claro que lo hacia! y muchas veces el intento de dejar claro un fin al supuesto contrato causaba que el ser corrupto lo lastimara, al principio con golpes de advertencia que sólo dejaban sus huesos algo maltrechos y amoratados, luego fueron pesadillas que lo despertaban a mitad de su sueño temblando y recogiéndose en desesperación, aunque a veces Nightmare hacia eso sólo por el placer de verlo destruido y recibirlo entre sus brazos y consolarlo con caricias y palabras que envenenaban su diminuta alma. Pero las últimas veces lo castigaba con lo que mas le aterraba a Geno en esos momentos, la soledad.

Normalmente la Pesadilla estaba con él día por medio o cada dos días en los cuales hablaban, leían o permanecían en un agradable silencio compartiendo sólo la compañía del otro, entre otras cosas mas. Pero cuando ocurrían aquellas discusiones, Nightmare lo dejaba solo por mas de una semana llevándose lo único que podía distraerlo de su ausencia, sus libros. La última vez que aquello ocurrió, la Pesadilla se despreocupó casi un mes de Geno en el que incluso se había quedado sin comida para cuando éste volvió al "hogar". En aquella ocasión fue tan gratificante para Nightmare ver como su mascota se abalanzaba hacia él apenas llegó al lugar, sin querer soltarlo y rogándole que no se fuera mientras decía entre gimoteos que se comportaría bien, era como ver a un niño pequeño arrepentido ante su madre.

Pero ya habían pasado algunos meses desde aquel suceso y Geno había retomado su cordura y la determinación necesaria para exigir una vez más el fin de ese contrato. La presencia de Nightmare ya no le llenaba como antes comenzando a extrañar de sobremanera a sus hermanos, incluso si estos no eran tan preocupados por Geno como él quisiera. Y Reaper... ¡Oh Reaper! estos últimos días no había dejado de pensar en él, lo extrañaba incluso más que a sus propios hermanos y se preguntaba si aún le proclamaría ese amor tan dulce y cálido que siempre le ofreció y dudó tanto en aceptar. Se arrepentía enormemente de ello.

A pesar de que ahora se sentía sucio e indigno, Geno no podía evitar preguntarse si Reaper nuevamente lo albergaría entre sus brazos. Incluso después de todos estos meses de incertidumbre, el de bufanda deseaba creer que la Muerte aún lo esperaba a pesar de las filosas palabras que su captor decía de vez en cuando: que Reaper lo había cambiado por su hermano Error. Incluso en sueños lo atormentó con aquellas imágenes de abandono por parte de ambos, logrando su punto máximo de dependencia hacia Nightmare.

En todos estos meses hubieron tiempos tranquilos, agradables que Geno compartió con Nightmare casi como si fueran una pareja de ocasionales cariños. Y también hubieron tiempos oscuros y tormentosos, en los que el de bufanda se sentía tragado por la oscura presencia de su captor, siendo éste mismo su única luz.

Pero aquel día fue diferente, la frustración y odio contenido en el semi muerto terminaron por volverse un arrebato hostil ante otra nueva negativa a su libertad lo que causó que explotara en recriminaciones hacia Nightmare, las que normalmente callaba por miedo al castigo. Pero en esta ocasión estaba harto de todo, de la situación, de su estúpido aguante a todo esto y a su débil y necesitada alma.

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ADVERTENCIA
A partir de este punto se vienen cosas feas enfocadas a la violencia y al abuso, si te sientes incómod@ con estos temas te recomiendo que retomes la lectura cuando acabe la advertencia.
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