rain

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Mayuzumi maldijo en voz baja a la gruesa cortina de agua que caía del cielo imparablemente. Su madre se lo advirtió antes de salir de casa esa mañana, pero él no hizo caso y ahora no está seguro de qué hacer.

Estaba lloviendo y no tenía un paraguas para cubrirse. Lo matarían si llegase empapado a la casa, peor aun si terminaba pescando un resfriado. Suspiró con fastidio viendo como los demás estudiantes se iban a casa rápidamente bajo sus coloridas sombrillas. Realmente, su suerte no podía empeorar.

--¿Mayuzumi-san?

O quizás sí.

Akashi Seijuurou lo observaba con curiosidad y un paraguas negro en su mano. En medio de aquel día tan gris, sus ojos escarlata parecían relucir mas que de costumbre. Mayuzumi maldijo a los cielos una vez mas.

--¿No trajiste un paraguas? --preguntó.

--¿No crees que ya me habría largado de ser así? --masculló resaltando la obviedad al enseñar sus manos vacías. Akashi asintió y entonces recordó --. ¿Caminarás a casa? ¿Tu chofer no pasará por ti?

Porque siendo el mocoso rico que es, claramente Akashi contaba con esa ventaja todos los días para ir y volver del instituto.

--Hoy se complicaron las cosas, así que efectivamente iré a casa andando --fue su respuesta corta y concisa antes de sonreír --. ¿Qué hay de ti, Mayuzumi-san? No me digas que esperarás a que se calme, porque eso no sucederá en unas cuantas horas.

Había dos cosas que Mayuzumi Chihiro detestaba de Akashi: que le sonriera y que tuviera razón. Acababa de hacer ambas y eso lo irritó. ¿Se estaba burlando? ¿Qué demonios esperaba que hiciera?

--¿Qué sugieres que haga, entonces? 

Lo vio abrir su paraguas y salir a la tempestad con esa elegancia tan propia de él, irradiando seguridad y destreza, como si con un simple chasquido pudiese detener la tormenta. Cuando volteó en su dirección, Chihiro sintió un escalofrío bajar por su espalda.

--Vayamos juntos a casa.

--No --respondió en automático.

--El paraguas nos cubrirá bien a ambos --dijo sin inmutarse por la negativa --. Además, podrías enfermarte si te quedas aquí afuera. 

En el fondo, Chihiro oía sus instintos gritarle que era una trampa pero una vez mas se vio atraído por aquella mirada penetrante y, sin mas, corrió a colocarse bajo la sombrilla junto a Akashi rozando sin querer la mano que sostenía el mango de esta.

--Lo llevaré --carraspeó avergonzado --. Soy mas alto.

Akashi asintió con una sonrisa satisfecha y emprendieron el viaje mientras, muy lentamente, retiraba su mano de debajo de la de su mayor.  El trayecto fue silencioso, lo cual extrañó a Mayuzumi al conocer la naturaleza curiosa del pelirrojo, quien parecía concentrado en sus pensamientos. Pero le aliviaba, era mejor así. 

Apenas llegaron a la puerta de su casa, Mayuzumi mordió el interior de su mejilla mientras miraba a Akashi pensando que mínimamente debía agradecerle el haberlo acompañado hasta allí. Sin embargo, no tuvo que decir nada al final pues los labios del menor se lo impidieron. 

Bueno, mierda.

--Entra rápido y cuida de ti --murmuró Akashi a un suspiro de su boca --. Hasta pronto, Mayuzumi-san.

Una ultima sonrisa y se alejó dejando a un pobre Chihiro sonrojado y desorientado.


drabbles; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora