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En cuanto visualicé la entrada de mi casa supe que lo que la policía había descubierto era algo importante. Solo me quedaba rezar para que no fuera algo demasiado grave.

-¡Eileen! Por fin llegas. -Escuché a mi madre-. El oficial Smith está en la cocina, quieren hablar contigo.

-De acuerdo, vamos.

Ambas fuimos a la cocina y, tal y como había dicho ella, estaba el oficial encargado de la investigación y el caso de mi hermana Lena junto a su compañero.

-Buenas tardes, Señorita Clarke. -Se dirigió a mí.

-Hola, oficial.

-Queríamos verte a ti para hacerte unas cuantas preguntas sobre Lena. Hemos encontrado algunos vídeos algo extraños y, además de que queremos que los veas, nos ayudaría mucho tu colaboración en todo esto.

-¿A qué vídeos se refiere?

-Venga con nosotros, se los enseñaremos. -Habló el otro oficial, el señor Fischer.

Me llevaron al despacho de mi madre, donde estaban colocados una serie de policías inspeccionando algunos ordenadores, con muecas de desconcierto, como si no entendieran nada de lo que estaban viendo.

Como si me hubieran leído la mente, oí decir:

-Ahora lo entenderás, los vídeos no aportan mucha luz al asunto.

Asentí.

-Caballeros, señoras, pueden tomarse un descanso. El agente Smith y yo nos encargamos.

La sala comenzó a vaciarse hasta que solo quedamos nosotros tres.

Me invitaron a tomar asiento delante de lo que supuse que era el ordenador central, al ser el más grande de todos.

-¿Estás lista?

Tomé una gran bocanada de aire.

-Lo estoy.

Presionaron el botón que decía play, y comenzó a reproducirse el primer vídeo.

En él, se veía el pelo castaño y largo de mi hermana en el patio trasero de casa, moviéndose a causa del viento. Miraba hacia todos lados, buscando algo o alguien. Pero entendí que lo que hacía era comprobar si alguien venía.

La grabación fue adelantada hasta que, en un punto, se quedó parada. Lo siguiente que apareció fue una figura alta, esbelta y vestida completamente de negro. Su ropa era ancha y su cara no se veía por el ángulo de la cámara, por lo que era imposible descifrar de quién se trataba.

Pasaron unos minutos conversando, incluso daba la impresión de que discutían por la forma en la que movían las manos. Después, se despedían y cada uno iba hacia un lado. Mi hermana se adentraba en casa. La otra persona, se dirigía al lado contrario.

Los siguientes cuatro vídeos que pusieron eran parecidos a ese. Siempre una persona con ropa negra y holgada hablaba con mi hermana. La conocía lo suficiente como para saber dos cosas: que las conversaciones tocaban un tema delicado, y que si nunca se veía la cara de la persona con la que hablaba era porque ella quería que fuera así. Ambas conocíamos el sistema de seguridad de la casa mejor que nadie, sabíamos en qué ángulo se encontraban las cámaras y sabíamos cómo hacer en caso de no querer que alguien fuera descubierto allí.

La voz de Smith me sacó de mis pensamientos.

-¿Sabes si Lena estaba con alguien? ¿Si había peleado con gente o si alguna persona la odiaba?

-Nadie odiaría nunca a Lena. Ella brillaba con luz propia, pero no era algo que la gente despreciara. Al contrario, todo el mundo la adoraba.

-¿Nunca te dijo nada?

SINAG | ¡MUY PRONTO!Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon