Prólogo

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- Atsumu, tienes que ir a un viajes de negocios como mi representante.
- ¿Por qué no va Osamu?
- Él irá a otro viaje, yo no puedo hacerlo, solo tienes que ir y firmar un contrato con la empresa Daewoo, es una importante empresa japonesa industrial, nos conviene cerrar trato con ellos.
- De acuerdo iré padre.
Después de un largo viaje cuyo destino es Japón, el rubio se sube a una limosna, la cual la lleva a una lujosa casa.
- ¿Por qué tuve que venir hasta aquí?, se preguntaba Atsumu.
Soltó un pequeño suspiro, después se preparo para dormir, se recostó en la cama, para así quedarse dormido.
Al la mañana siguiente, el rubio toma un baño para ir presentable a aquella dichosa empresa, se pone un traje azul y se dirije hacia su destino. Al llegar su instinto se prendió, él sabía que algo no estaba bien, pero no le da mucha importancia. No sabía hacia dónde dirigirse, vio a un chico de cabellos naranja, se acercó a él y le preguntó.
- ¿Sabes en qué lugar se encuentra el ceo de esta empresa?
Él pequeño chico se asustó al oír lo que dijo el rubio.
- ¿Es él el hijo del empresario coreano? Tal vez pueda salvarme, se dijo a si mismo.
Al ver la cara de horror del chico le preguntó que si estaba bien. Pero en eso llega el ceo de la empresa Daewoo.
- ¿Tú eres el hijo de Taeyang?, preguntó el ceo.
- Sí, soy su hijo, vengo en su representación para firmar un contrato de negocios.
Estrecha la mano de aquel señor y después se lo lleva a su oficina para firmar aquel contrato, pero otra vez se enciende su instinto y está vez decide no ignorarlo así que decide no ir.

Destinados a ser // Atsuhina Where stories live. Discover now