실 4: Leyenda del hilo 실

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Volvía a ser por la mañana, y se encontraba caminando de nuevo hacia su instituto. Por sus auriculares sonaba "Can you feel my heart" de Bring me the horizon. Esta vez no llevaba capucha, su cabello aquella mañana se veía bien, por lo que lo peino un poco y salió así.

Era mitad de semana, por lo que le tocaba hacer lo que más le gustaba. Había salido antes, por lo que si se paraba, llegaría a tiempo a clase. Se sentó en uno de los bancos del parque, observando los miles de hilos delante de él, por el suelo, los árboles y más.

Sin pensar mucho, agarró uno de los hilos del suelo, con dos de sus dedos. Los observó un poco, notando que estaba un poco gastado, por lo que sonrió de lado, y tiro un poco de él, por ambas partes.

Las personas que estaban atadas a él, se encontrarían alguna vez. Había descubierto que podía hacer eso después de mucho tiempo. Soltó el hilo, y se levantó de su asiento, camino hacia su lugar de estudio.

Pero no había notado, que había alguien mirando todos sus movimientos.

^-^

Félix caminaba sin prisas por los pasillos. Era hora del descanso, por lo que aquel día se dirigía a la azotea. Necesitaba estar solo, y silencio.

Pero el destino tenía otros plantes para el. Al girar en uno de los pasillos, se chocó de frente con alguien, cayendo al suelo. Iba a decirle un par de cosas a esa persona, pero sus palabras se quedaron atascadas en su garganta, al ver a un preocupado peli negro frente a él.

El chico le tendió la mano. La tomó, levantándose del suelo. Pero sus ojos se abrieron de par en par al ver que, en el meñique de este no había ningún hilo. Agarró su mano, viéndola con más detenimiento.

Efectivamente, allí no había nada. Nunca había dado con caso así, ¿qué significaba eso? Soltó la mano con timidez, pensando que tal vez que vería raro. Y acertó. El peli negro lo miraba con gracia y una sonrisa. Sus mejillas se volvieron rojas.

- Perdón, manías.- se excusó. - Además, mira por donde andas.- lo regaño.

Seguido de eso, desapareció por el pasillo, sintiendo la vergüenza más grande de su vida. Hyunjin volvió a mirar su mano, no encontrando nada. Sonrió de lado, ante lo tierno que se había visto el chico haciendo eso.

^-^

Sus últimas horas habían empezado. Y para mala suerte del rubio, se encontraba sentado junto al peli negro, de nombre Hyunjin, lograba recordar.

- Perdón por haber chocado contigo.- murmuró Hyunjin a su lado.

Félix llevó su mirada hasta el, negando con la cabeza.- Da igual.- su mirada volvió a su libro de tapas blancas.

- ¿De qué trata el libro...?- pregunto el alto, con voz baja, teniendo miedo de molestarlo. Eso enterneció a Félix.

- El hilo rojo.- hablo Félix, mirando a Hyunjin a los ojos. Este frunció el ceño.- Es la historia del hilo rojo, aquellos que estén unidos por el hilo rojo son almas gemelas.- explico.- La historia es sobre un chico que está destinado a acabar con otro chico.- hablo, pero sonrió de lado por la mirada sorprendida del contrario.- ¿No sabes que es el hilo rojo?

Hyunjin negó.- Escuche hablar de él, pero realmente no se nada...- sonrió de lado.

- Todos estamos atados a alguien, por un hilo rojo.- empezó a relatar.- El hilo puede estirarse, contraerse y desgastarse, pero no se rompe. Tu alma gemela está atada en el otro extremo.- dijo volviendo su vista al libro.

- Jisung dijo que siempre lees el mismo libro.- murmuró jugando con sus manos.

Félix bufo.- No me importa lo que diga el.- dijo entre dientes.

- ¿Por qué se llevan mal? - pregunto extrañado.

- No lo sé, simplemente nunca me soporto.- alzo los hombros, sin importancia.- Dice que soy extraño.- rio entre dientes.

Hyunjin sonrió de lado, y volvió a fijar su vista en la marca en el dedo del rubio. Ahora que le había contado eso, puede que ese sea el hijo rojo de Félix. Sonrió de lado, y alzó su dedo meñique, que horas antes el rubio miró asombrado. Junto ambos, poniendo el suyo junto al del rubio.

Este giró su mirada hasta ambos dedos juntos y sonrió de lado.- Puede que ese sea tu hilo rojo...- murmuró Hyunjin, sonriendo.

Félix vio como alrededor del dedo contrario aparecía una marca parecida a la suya, pero desapareciendo enseguida. Frunció el ceño, pero no le dio importancia.












Hilo rojo // HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora