Capítulo 32

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Miércoles 13 de septiembre. - 1974

El pequeño cuerpo de Ciara se acurrucó entre los delgados brazos de su madre. La mujer adulta la recibió gustosa y un tanto desconcertada por el hecho de que su hija irrumpiera a su habitación a mitad de la madrugada.

- ¿Puedo dormir aquí esta noche? - Preguntó contra el pecho de su madre, de todas formas la respuesta ya no importaba porque la chica ya se encontraba dentro de la cama.
La madre de la chica asintió.

Aquella misma tarde saldría su vuelo acomodado en base de llamadas y arreglos con la agencia de viajes, arreglos que ella misma se había encargado de hacer. Y por lo tanto, si no había complicaciones de por medio, estaría en casa de Freddie el jueves a la mañana.

Pero, lejos de todo el caos que la había acompañado esos días, sentía esa necesidad de pasar tiempo con sus padres, de hablar con ellos como no lo hizo en esos años que estuvo en su país natal.
También el hecho de que sus padres hagan las típicas preguntas de "¿Por qué adelantaste el viaje?" No ayudaban mucho a querer seguir guardando el secreto de lo que escondía en Londres, o mejor dicho, la vida que escondía en Londres.

Esquivando partes importantes de su historia, decidió hablar sobre Roger y dejar que todo eso que guardaba en su alma sea conocido por las personas que le dieron la vida.

- Siempre que lo necesites, cariño. - Murmuró en respuesta la mujer, mientras tocaba a su esposo para que se moviera un poco más y dejara el espacio necesario para que el cuerpo de la chica entrara cómodamente.

Ciara descansó sobre el pecho de su madre, quien se había dedicado a dejar cariñosas caricias en el cabello corto de la chica.

- Dime que todo estará bien. - Pidió.

- Todo estará bien. - Respondió la mujer. La castaña suspiró triste, en pocas horas estaría en Londres, volvería a la mejor versión de su vida pero completamente distinta, sin saber con qué se encontraría. Freddie no le dió detalles de lo ocurrido, ni mucho menos de cómo estaba Roger.

- Y él también estará bien. - Finalizó su madre, haciendo que el corazón de Ciara pinchara con angustia. La mujer aceptaba a Roger sin conocerlo y eso era reconfortante para la castaña.

Por otro lado, la mayor entendió que hubo partes de la historia que contó su hija que estaban siendo omitidas, pero muy en el fondo sintió cómo fue que Roger salvó a su pequeña más de una vez. Por más que Ciara no lo haya dicho, la mujer supo que el corazón de su hija seguía junto aquel muchacho que no conocía pero en el cual tenía la confianza de que no lastimaría a Ciara.

- Eso espero. - Murmuró, antes de dejar que las caricias de su madre la llevaran a lo más alto del sueño. Dejando que sus pesados párpados ganaran sobre sus ojos marrones.

[•••]

Sus últimos pasos por Argentina eran seguidos de cerca por sus padres que caminaban a su lado. Ellos hablaban animadamente mientras que Ciara comía un sándwich. La chica disfrutaba de esos últimos momentos con los mayores antes de tomar lugar en el vuelo.
Un ligero peso en su mano la hizo caer en cuenta de la realidad que la rodeaba, el reloj marcaba las 17:30 estaba a media hora de correr hacia los brazos que una vez la obligaron a irse luego de una perdida que al día de hoy dolía.
Sus ojos se volcaron en cómo su madre la tenía tomada de la mano, como si fuera una pequeña niña de seis años que se escaparía de su lado.

- ¿Llevas todo? - Repitió una pregunta que había hecho desde que supo que su hija partiría.

- Claro mamá. - Respondió de forma automática mientras apretaba ligeramente la mano de su madre.

Hold On (Roger Taylor) Where stories live. Discover now