21 de Marzo - 1970
Nada se comparaba con la humillación que sentía cada vez que un cliente salía por esa puerta. Un beso y unos cuantos billetes era lo que recibía, patético.
Pasaba el jabón por todo mi cuerpo mientras lloraba silenciosamente, aún me quedaban un par de minutos para luego poder largarme de este lugar y poder volver a casa con Chad. Sin embargo, no sabía que lugar era peor. Al llegar al departamento el lugar estaría sucio gracias a los descuidos de Chad, luego él contaría cuanto dinero logré ganar el día hoy, se molestaría por la terrible paga, y luego de una larga discusión terminaría golpeándome. Era de manual, lo conocía demasiado bien para mi maldito gusto.
Salí de la ducha y comencé a vestirme frente al pequeño espejó que había en todos los baños del prostíbulo.
El reflejo era realmente terrible. Mi cabello completamente mojado se pegaba a lo que quedaba de mi rostro, rojo e hinchado. Había unos cuantos moretones que comenzaban a irse, pero que aún se podían apreciar como estos se envolvían en mis brazos y piernas.Me daba asco, nada quedaba de la pequeña niña feliz que solía disfrazarse y hacer pequeños espectáculos para sus familiares. Me había perdido.
Mi peor error fue confiar en Chad y darle la espalda a mi familia, no haber escuchado a mi madre y no haber apreciado a mi padre. Me arrepentía todas las noches, cada vez que apoyaba la cabeza en la almohada viajaba a mi país natal a través de mis recuerdos.Había pensado en volver. Pero, gran parte del tiempo, el dinero no alcanzaba para comer y mucho menos para un pasaje de avión. Había veces en las que tenía que elegir entre pagar la renta o comer algo, y al ser la única que llevaba dinero a la casa, siempre ganaba la renta.
Chad había dejado de trabajar hace un año. Su excusa fue que su jefe lo odiaba y que se tomaría un año de descanso para poder dejar atrás lo que según él, fue un trato traumático por parte de todo el personal de la empresa de comida rápida en la que trabajó.
Decidida con dejar atrás los pensamientos que atormentaban mi cabeza, comencé a vestirme. Una mini pollera de jean con un top, era lo único que tenía para cubrir mi cuerpo el día de hoy. Odiaba ésta vestimenta ya que dejaba muy expuesta mi piel maltratada. Pero, al parecer habían hombres que lo encontraban exitante, por lo tanto el dueño del lugar me obligaba a mostrarlos al público. Ofrecerlos, volviéndose como la marca registrada de una de las putas favoritas de los clientes.
Rápidamente tome mis llaves y salí de la habitación. Mis pasos apresurados hacían eco en el largo pasillo.
Una vez fuera me abracé a mi misma, por más que la primavera haya comenzado el día de hoy, todavía se podía sentir el frío que abrazaba a Inglaterra.[•••]
Minutos más tarde me encontraba girando la llave para poder abrir la puerta del pequeño departamento en el que vivía. Una vez dentro, el olor a hierba inundó mis fosas nasales, si bien de vez en cuando la fumaba, hoy me encontraba malditamente sensible en todos los sentidos y, el olor lo único que hizo fue revolverme el estómago. Llevé una mano hacia mi nariz para taparla y así bloquear que el olor se colará en ella. Un tanto apresurada me dirigí hacia la ventana para abrirla de par en par y hacer que el lugar se ventile un poco.
Como ya esperaba.
El lugar era un asco; había restos de cigarrillos en el piso y una cantidad exagerada de botellas de cerveza apiladas en una pequeña mesa ratona. Claramente Chad estaba con alguien más.- Que puto asco. - Fue lo que salió de mi boca cuándo hice contacto visual con los restos de cocaina a un lado de las botellas.
Mis quejas internas terminaron al instante que escuché el ruido de vasos chocar. Por un momento la idea de que Chad me esté engañando vagó por mi mente, eso sería todo lo que necesitaría para poder deshacerme de él. - ¿Chad? - Pregunté mientras me acercaba a la cocina y cruzaba los dedos por encontrarlo cogiendo con alguien más, sin embargo, mis esperanzas de que eso pasara se perdieron completamente cuándo la mirada confundida de un chico rubio hizo contacto con la mía. - ¿Quién eres y por qué estás en mi casa? - Dije rápido, mientras cruzaba los brazos contra mi pecho.
-¿Tu casa? - Dejó unos vasos en el lavado y giró completamente para luego imitar mi acción. - Ésta es la casa de Chad. - Decía al mismo tiempo que su mirada me recorría de los pies a la cabeza, hasta que sin querer, hizo contacto con los pequeños moretones que decoraban mi cuerpo. Esto logró que sus cejas se junten, con una expresión repleta de dudas. - Que yo sepa, claro. - Hizo una pausa para luego sacar un trapo del segundo cajón y comenzar a secarse las manos.
- Bueno, ahora sabes que no lo es. ¿Dónde está Chad? - No quería sonar grosera con él. Pero seamos justos; es un desconocido y para colmo está solo en la casa.
El chico me sonrió en el momento que levanté mi ceja derecha con un intento tonto de verme ruda o algo por el estilo.- Soy Roger Meddows Taylor y esperó que no te moleste que esté acomodando el desorden que dejaron los chicos. - Estiró su mano para que se la estrechara, yo la tomé para luego de un segundo soltarla rápidamente.
- Salió hace más de diez minutos. Él, Brian y Freddie dijeron algo sobre vodka, así que tengo la intuición de que fueron a comprar eso. -- ¿Intuición? - Pregunté pensando de que me estaba tomando el pelo.
Él sonrió ampliamente ante mi pregunta, seguramente mi cara de confusión le causaba gracia.- Intuición masculina.- Dejo escapar una pequeña risita ante su tonto chiste, el cual ante todo pronóstico logró contagiarme un poco de su buen humor. -¿Qué es lo que nunca se le pregunta a una dama? - Dijo luego de unos segundos, mientras comenzaba a doblar el trapo que había usado momentos atrás para secarse las manos.
Dejó su tarea a un lado para hacer conectar su mirada con la mía y comenzar a hablar nuevamente. - ¿El nombre o la edad? espero que no sea lo primero, porque aquí entré nosotros, me muero de ganas de conocer tu nombre. - Me fue inevitable no sonreír, sus bonitos ojos azules me miraban de una manera extraña pero me gustaba que lo hiciera.- Soy Ciara. - Respondí, sin embargo él alzó sus cejas para que terminara de completar mi nombre. - Eso es todo.
-¿Eso es todo? ¿Sólo Ciara? - Yo asentí lentamente con la cabeza tratando de restarle importancia.
- Así que, ¿Roger Meddows Taylor? - Dije mientras me apoyaba contra el marco de la puerta y lo miraba. Él me regaló una sonrisa un tanto apenado al momento que dije su nombre con burla. - ¿Qué te hace decirle tu nombre completo a los desconocidos?
- Solo se lo digo completo a las personas que quiero que me conozcan. Y tú eres la primera en saber que me llamo Meddows. - Sin decir más, Roger paso por mi lado mientras se dirigía a la sala y comenzaba a recoger las botellas de cerveza, sin percatarse de que me dejó en la cocina con una absurda sonrisa pegada en el rostro. Ese chico tenía talento, no me sorprendería que sea todo un mujeriego.
Hace tan solo unos minutos acabo de conocer a éste tal Roger Meddows Taylor y ésto es lo que sé o mejor dicho acabo de aprender sobre él.
1• Tiene contestaciones arrogantes y un tanto irritantes.
2• Hace chistes tontos.
3• Tiene talento con las chicas.
4• Obtuvo fácilmente sonrisas de mi parte.
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Los dos primeros capítulos publicados.
Voy a hacer todo lo posible para publicar seguido. Espero que les guste 💕

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Hold On (Roger Taylor)
FanfictionAmar, luchar, acusar, negar. No puedo imaginar un mundo sin ti. La alegría y el caos. Los demonios de los que estamos hechos. Estaría tan perdido si me dejaras solo. ¿Puedes oírme gritar, por favor no me dejes?