Capitulo 2

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Segundo día en esta gran mansión.

Bajé 6:45 para preparar el desayuno, mientras Eugenia todavía se vestía. Encontré al jefe sentado en la banqueta frente al desayunador, tomando un café. Lo único que salió de su boca fue un

- Buen día Lucia

- Buen día jefe - recapacité varios segundos en seguir la charla.

Hasta que él se levantó, dejó su taza en la bacha y se estaba por ir

- ¿Tiene que salir? - cuestioné al fin

- Si, estoy apurado. El chofer se ocupará de llevar a los chicos a la escuela. - respondió sin mirarme y se retiró.

Tenía muchas dudas de a dónde se dirigía tan temprano, pero no podía abandonar mi puesto, solo por seguridad.

Desde la mesada donde estaba preparando las chocolatadas, observé a Eugenia bajar y chocarse con Lanzani. Cruzaron algunas palabras, yo intentaba oír, pero no había caso. Luego ella se acercó sonriente a mi y me saludó.

La mañana continuó aburrida, sin ninguna información importante, ni nada extraño, excepto que el jefe no regresaba. Y eso me dio una idea.

- Euge, ¿queres que limpie el escritorio? ya terminé todo - jugué

- Mmm, no, no, está bien, eso es parte de mi trabajo

- No necesitas ayuda tal vez? - ofrecí-

- No, está bien, anda a descansar si tenes libre Lu -

Si no me dejaba entrar a la oficina era porque algo había allí dentro, y ella lo sabía.

Cocinamos pastas para el almuerzo. Cuando Bautista regresó a la casa subió rápido a su habitación y no atendió el llamado a comer. Así que fui a buscarlo.

- Bauu, a comer, venis? - soné amable fuera del cuarto

- No quiero nada, andate! - gritó y me sorprendí.

- Puedo pasar? - entreabrí la puerta y me miró mal, con sus ojos empañados- Ey, que pasa Juanba? - me rompí al verlo así-

- No quiero hablar con vos, ni te conozco. Sali! - prosiguió gritando

- Si no hablamos nunca me vas a conocer - dije coherente- ¿Qué pasó? - no contestó- podes hablar conmigo de lo que quieras, soy muy buena escuchando... - silencio-¿Pasó algo en el cole? - me senté a su lado en la cama y escuché su sollozo- Me rompe el corazón verte mal - giró para mirarme- ¿Qué pasó? ¿Un amigo? ¿Un profesor?

- No es mi amigo - respondió al fin- Siempre me retan por su culpa. Y los profesores no entienden nada, nunca. - fruncí mis cejas sin entender- hay un chico que siempre me burla y me dice que soy un llorón, un débil, que parezco una nenita...

- Y está mal llorar? Digo, si te dice llorón no es algo malo

- ... Bueno, no, no está mal, pero él sí lo dice en tono malo. Después yo le contesto y el que siempre termina castigado soy yo. Y además de estar castigado en la escuela, también lo hace Peter y... él también es malo - alcé mis cejas- Nunca entiende lo que me pasa, no me presta atención y nunca tiene tiempo para nada - hizo un puchero-

- Yo llegué para eso. Cualquier cosa que necesites, pedime, yo voy a escucharte, si? - asintió- Y con el chico del colegio... tenes que hablar con él

- Pero siempre sale a atacarme - se quejó de nuevo- todos están sordos, no quieren escuchar. Están ciegos, no pueden ver cómo está el otro. Y mudos... mudos no están, al contrario, hablan sin saber nada de nada - me asombró su inteligencia y visión del mundo con solo diez años-

The SpiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora