.32. segunda temporada . FINAL

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24 de diciembre.

"Amarillo es un color claro y luminoso, razón por la cual se lo asocia con el sol. Con todo lo que da luz y calor.

Él era una especie de ser luminoso, un ser de luz infinita, era un amarillo como el sol que había llegado a mi vida para salvarla de mí, para salvarla de la soledad que había dejado que entrara. El y solo él, hacía que amara todos los colores que existían, que amara tanto tener ojos y que sean capaces de observarlo, de sentir su mirada sobre mí. El y solo el, hacía que amara las diferentes sensaciones que solo con el tacto se podían traducir en fuegos artificiales florecer de mi ser cada vez que el rozaba una mínima de mi piel.

Es por eso que comprendí que cuando la vida te pone a alguien capaz de ser un amarillo en tu vida, capas de arrebatarte las pesadillas y brindarte sus sueños acosta de saber que quizás no pueda dormir por meses, cuando es capaz de mirarte a los ojos aun es la oscuridad y sabes que cara pones según el tono de tu voz. Cuando la vida te da la posibilidad que vuelvas a experimentarte nuevamente, no lo sueltes porque el día que deje de brillar por ti, el día que dejes de estar anclada en sus ojos, te perderás o quizás peor aún morirás."

Para mi único amor, Juan Pablo.

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Suspire satisfecha sobre mi trabajo. Había terminado mi libro, mi primer libro.

Luego de tantos meses, una noche cualquiera, pero sin dejar de ser importante, lo observe dormir plácidamente con su brazo sobre mi cintura, aferrándome a él como si fuera el tesoro más preciado que tenía. Su cabello revuelto y su paz habían hecho del mi muso esa noche.

Guarde todas las hojas dentro de aquel sobre y luego lo coloque en la caja que había pintado exclusivamente para él. Lo escondí bien, así evitar que mi regalo de navidad sea saboteado por su persona.

- ¿Qué haces? – su voz hizo que saltara en el lugar

- Me asustaste – lleve mi mano a mi pecho

El rio levemente y cruzo sus brazos para observarme detalladamente.

- ¿Qué? – reí al ver su actitud

- Nada, solo que – miro su reloj – son las ocho de la noche y tú no te has bañado

Rodé mis ojos divertida, parecía todo un padre.

- Iré a bañar a mi hijo – saque mi lengua y camine fuera de aquella habitación que habíamos ambientado para que sea una oficina de trabajo

- Apúrate – me regaño riendo para luego golpear mi trasero

- Juan Pablo – voltee gritando sorprendida

El solo achino sus ojos, su nariz se arrugo y la melodía de su risa inundo mis oídos haciéndome feliz por otro minuto más de mi vida.

(...)

Luego de que todos se vayan a descansar, me encontraba lavando los trastes sucios que habían quedado de la cena de noche buena. Sentí la presencia de Villa cuando entro a la cocina y dejaba sobre la isla el baby call que habíamos comprado para escucharlo a Max cuando estábamos en planta baja.

Se puso a mi lado, su mirada aun con los años me ponía nerviosa. Levante mi vista sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

- Hola – sonreí

- ¿Le dije esta noche se encuentra hermosa? – sonrió

Yo solo lance una leve risa frente a su hermosa pregunta.

- Tú también te encuentras hermoso, amor – dije cerrando la llave de agua y secando mis manos

- Ven

Amarillo - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now