Epílogo

1.1K 84 5
                                    

Seis años antes...




  El castaño iba caminando tranquilamente pensando en donde rayos había puesto sus llaves, se concentró demasiado intentando recordar que no vio cuando el semáforo cambio de rojo a verde.




  Siguió caminando.




-¡Cuidado!



  Escuchó la voz gruesa y lo último que sintió fue que tiraron de él y que cayó sobre algo entre duro y suave, miro al pasar súper cerca de sus pies y trago saliva.



Se giró para ver quién lo había salvado y apenas ambos se miraron a los ojos, lo supieron.



  Eran almas gemelas, él era su alfa y él era su omega.  Negro y miel se fusionaron por primera vez.

-¿Estás bien?  --Susurró el rizado.



-S-Si, gracias por salvarme.


  -No podía dejar que te pasará algo.




  Subió una de sus manos a su mejilla y la acarició.  El castaño se pegó a su tacto y cerró sus ojos, la gente que pasaba por ahí los miraba entre confundidos y con ternura.





  -¿Cómo te llamas, bonito?  -El ojiazul se sonrojó y el rizado sonrió.




-Joaquín Bondoni y¿Tú? 



-Hermoso nombre para hermosa persona.  –Joaquín no podía estar más rojo.- Mucho gusto, Joaquín, mi nombre



es Emilio Marcos.

-El gusto es mío, Emilio.

-¿Te parece si vamos a tomar un café?


  -Y.  No lo sé, debería irme.  –Susurró e intentó levantarse pero unas manos lo agarraron de la cintura y no lo dejaron.



  -Vamos, no voy a hacerte nada, lo prometo.  Sólo quiero tomar un café contigo y conocerte más.  -Sonrió y Joaquín no se resistió más y aceptó.




  -Y así nos conocimos.  –Sonrió y besó la mejilla de Joaquín. 



-¿Mami casi morir? -Preguntó asustado el menor. 


-Si, pero tu padre me salvó y ahora estoy aquí.  -Ambos sonrieron y Emi fue quedándose dormido.




  -¿Mañana contar como se hicieron novios?  -Susurró mientras cerraba sus ojitos.




  -Claro que si, amor, te contaremos eso pero ahora duerme. 



-Está bien, los quiero.  –Susurró y se quedó dormido.



-Nosotros a ti, pequeño.


Besaron su frente, lo taparon bien y se fueron a su habitación.  Se acostaron y Emilio abrazó a Joaquín  mientras ocultaba su rostro en su cuello.



  - Todo está bien ahora, somos felices, tenemos una familia.  No puedo pedir nada más. 



-Yo tampoco, mientras los tenga a ustedes soy feliz.


  Ambos sonrieron y se dieron un beso que expresaba todo lo que sentían el uno por el otro, sin embargo, el beso cada vez iba subiendo más de intensidad. 



Sin darse cuenta, Emilio  ya estaba encima de Joaquín.  Se separó un poco y el rizado iban bajado sus besos hasta su cuello, más específicamente, hasta su marca.




¿Mencione que su lazo ya estaba completamente formado?  Pues así es, eso pasó dos días después de que Joaquín  haya sido dado de alta.  Y cada que podría, cosa que era casi siempre, repetían esa noche tan especial. 


Los besos seguían bajando pero Joaquín lo detuvo, lo jaló y lo abrazó por el cuello.





  -Tengo algo que decirte.  - Susurró y se mordió el labio inferior nervioso, Emilio pudo sentir su cambio y le besó la frente.




--¿Qué ocurre, amor?


  -Yo.  Sabes que me sentí un poco mal, fui al médico, me hizo estudios y.  -Emilio empezó a darse una idea pero esperó paciente a que Joaquín acabará. 




-¿Y qué, Joa?



-Pues.  Hable con Emiliaco, me dijo que quería un hermanito y.  –Emilio abrió por completo sus ojos- Según me dijo el doctor, lo tendrá.  –Lemiró y relamió sus labios.– Tendremos otro bebé.  - Susurró.





  Emilio no sabía cómo reaccionar así que hizo lo primero que pasó por su mente, lo besó y acarició su pancita.  Cuando se alejó, le sonrió y bajó hasta poder besar donde se observa su mano.



-No sabes lo feliz que me haces, amor.  Te amo, te amo, te amo.




  Joaquín  sonrío más tranquilo y jaló a Emilio para poder besarle, el rizado le siguió el beso mientras sonreían y se abrazaban.





  Pero cierto pequeño castaño los miraba desde la puerta y sonreía, le gustaba ver de nuevo a su Mami así de feliz.  Se giró y volvió a su habitación, se sentó frente a su ventana y miró las estrellas.





  -Abuelita, gracias por dejar ser a mi Mami feliz de nuevo, no quitar eso ¿Si?  Y por favor, cuidar a mi hermanito para que esté sano.  –Sonrió y se acostó nuevamente para dormirse sonriendo.






Muchos dicen que si amas a alguien y ese amor es corresponido, no lo dejes ir.  Pero hay veces que tienes que estar apunto de perderlo para darte cuenta de lo que realmente vale. 




Emilio amó siempre a Joaquín y viceversa, ambos perdieron mucho pero ganaron otras cosas.  Ambos sufrieron, tal vez uno más que otro pero de cualquier forma, ambos se encargaron de curarse el uno al otro pero entonces ocurrió lo más inesperado.



Su amor fue tan fuerte que logró vencer a la muerte.



Ambos fueron felices, ambos continuaron amando al otro y sobre todo ambos seguían enamorados como el primer día. 

Fin.











Karla 💋💓

Estoy Enamorado De Ti- EmiliacoWhere stories live. Discover now