E N E R G Y [Cold Fire]

Energía reconfortante.

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Todo era un caos en al menos cuatro calles de Japón, se hallaba destrozada. Los civiles corrían, escapando del lugar. Héroes profesionales ayudaban a los civiles a escapar, asegurándose de permanecer en el foco, de ser grabados.

Endeavor, el héroe número dos de Japón, se hallaba en ese lugar. Dicho héroe, miro con cierto fastidio, al villano frente a él. Spect, un villano, el cual podría redirigir cualquier ataque con la potencia que el usuario decidiese.

Físico, elemental, psicológico, visual, de habla. Absolutamente todo, era capaz de redirigirlo a su contrincante. Y, esto, estaba cabreando de sobre manera a Endeavor. Quien, ignorando el edificios destrozados e incendiados detrás de él, al igual que los héroes de bajo rango que habian sido derrotados, ataco.

FOOOOSSSHHH

La inmensa llamarada de Endeavor se dirigió en contra del sujeto, quien solo sonrió con ironía, mientras todo su cuerpo comenzaba a brillar con una clase de aura que le recubría. La llamarada al alcanzarle, fue poco a poco absorbida por el aura que le rodeaba, volviéndose de un intenso color naranja. Spect estiro sus manos hacia el héroe de fuego, enviando su propio ataque con igual de potencia, cosa que ya le paso factura al villano. Quien desactivo su quirk, cayendo en una rodilla, jadeando, sintiendo que en cualquier momento caería inconsciente al haber usado su peculiaridad durante tanto tiempo.

Endeavor, asombrado, miro como su propio ataque se dirigía hacia él. Rápidamente se recubrió así mismo en llamas, creando una clase de armadura ante las llamas que ya no le pertenecían, y se acercaban a él, con la intensión de incinerarlo.

El potente ataque abarco gran parte de la zona, llegando inclusive a consumir algunos edificios destrozados, derrumbados. Los demás héroes, por suerte, se encargaron de irse del lugar a tiempo. Sin embargo, habian dos personas en un edificio derrumbado, que estaba por ser alcanzado por aquel potente ataque.

Y, Endeavor, les había ignorado por completo. Los demás héroes de bajo rango, simplemente no les dieron importancia. Después de todo, no había cámaras grabándoles, no tendrían ninguna recompensa por sus acciones.

Esas dos personas, quienes habian caído inconscientes hacia al menos cinco minutos, no pudieron hacer nada ante el potente ataque de fuego que se acercaba. Y, en aquel tiempo, los héroes pudieron hacer algo. Pero las ignoraron, sin realmente importarles la vida de aquellas personas.

Un niño de siete años, de cabello verde y mechas negras corrio hacia el edificio, con severas mordidas en sus antebrazos, las cuales no paraban de sangrar. Corrio, llorando, teniendo la esperanza de llegar a tiempo.

El tiempo se hizo lento, el fuego se acercaba al igual que él, pero no llegaría a tiempo. Se desespero, dando todas sus energías con la esperanza de llegar a tiempo. Pero, eso no sucedería.