La incomodidad del reencuentro.

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"Me preguntas como he estado, como si no hubiera pasado el tiempo"

 

Ulquiorra

Si a Ulquiorra le preguntaran acerca de los momentos más vergonzosos de su vida, él, sin lugar a dudas respondería que en ese preciso instante estaba viviendo uno de ellos.

Llámenlo idiota, pero él pensó que si algún día se reencontrara con Orihime (lo que estaba sucediendo justo en ese momento) sería algo emotivo, y claramente no fue así. Ahora que la tenía sentada justo frente a él, no podía hacer más que observarla con fijeza y darse cuenta de cuan cambiada estaba.

Quizás no era tan notorio, pero alguien tan observador como él, fácilmente se dio cuenta que su melena rojiza estaba mucho más larga y brillaba con más intensidad, lo mismo que sus ojos que ahora reflejaban una emoción que él no podía terminar de descifrar. Y ni hablar de su semblante que ahora mostraba a una chica bastante segura de sí misma. Hasta podría decir con certeza que la chica sentada frente a él ya no era la misma chica moribunda que encontró en los pasillos del instituto hacía ya un año.

Para nada.

Sin dejar de mirarla intensamente, llevó su café a los labios, dándose cuenta que este ya estaba desagradablemente tibio y que ya no tenía caso beberlo, lo cual era un desperdicio teniendo en cuenta que había sido caro. Se dio cuenta que el café y la magdalena que él había vuelto a ordenar para ella seguían intactos sobre la mesa y que Orihime estaba muy ocupada observando a todos lados menos a él.

Suspiró sonoramente llamando la atención de la pelirroja y se dispuso a hablar porque el prolongado silencio estaba comenzando a exasperarlo.

— ¿Debería empezar diciendo hola? — murmuró él, lo suficientemente alto para que ella lo escuchara. Ella le dedicó un gesto que parecía pensativo, como pensando en la contestación adecuada, pero él no le permitió contestar — No sería lo más acertado, de hecho.

— A decir verdad, me sorprende encontrarte aquí — mencionó ella, pareciendo nerviosa.

— Y a mí me hubiera sorprendido encontrarte hace un año en Alemania — soltó las palabras que tanto había ansiado decir, esperando por su reacción, se encontró con que Orihime lo observaba sorprendida, estaba más que claro que ella no tenía ni la más mínima idea  que él estaba al tanto de su viaje tras él. Luciendo avergonzada, bajó la mirada. — Sin embargo, te fuiste y no me enteré de ello hasta unos días después.

— Ulquiorra.

Ah, qué bien sonaba su nombre saliendo de los labios de aquella pelirroja. Había olvidado aquella sensación, la cual terminó por disiparse tras su partida.

De repente, se sintió muy enojado, consigo mismo, con ella, con todos. Después de todo, recordó que había sido ella la que se había marchado sin pedir ni dar explicaciones.

Y sí, quizás la mitad de la culpa era suya por tampoco haber mencionado nada acerca del matrimonio que sus padres tenían planeado para él, pero tenía la satisfacción que la culpa no recaía solamente en él.

Pero, ¿entonces por qué se sentía tan malditamente culpable cada vez que la mirada a los ojos? No terminaba de saber la respuesta. ¿Ella se sentía del mismo modo? Probablemente.

— No sé lo que habrás pensado en esa ocasión, pero mis padres habían arreglado ese matrimonio — naturalmente, tenía que decirle eso para que no pensara que se había casado o algo por el estilo. Conociendo a Orihime ella probablemente lo estaría imaginando casado y con un hijo en camino, y eso no era precisamente lo que quería que ella pensase de él.

Pray; UlquihimeWhere stories live. Discover now