La reglas de papá y mamá.

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Orihime

— Es obvio, está siéndole infiel.

— No ayudas, Rukia.

— Lo sé, por eso lo digo.

Orihime podía oír claramente la conversación de Rukia y Nel mientras degustaban un rico pastelillo de fresa y chocolate respectivamente en una cafetería aleatoria de los alrededores.  Por más que no quisiese prestar atención, las chicas eran demasiado escandalosas y se hacía prácticamente imposible.

La pelirroja fijó su vista en su pastelillo de vainilla e hizo una mueca. Todas las cosas que pasaban por su mente en ese momento, la tenían agobiada.

Estaba disgustada.

En primera, el plazo para decidir el hecho de su tratamiento en el extranjero estaba agotándose, sólo le quedaban tres semanas para decidir y su tía Rangiku, aunque no quisiera, estaba presionándola. Sabía que sólo lo hacía por su bien y su salud, pero sólo conseguía inquietarla más.

En segunda, Ulquiorra estaba comportándose raro desde la visita de sus padres, quienes aparentemente decidieron alargar el periodo de su estancia y estaban quedándose en un hotel cerca de la casa del pelo azabache. En la escuela siempre estaba distraído y sus salidas de pareja se habían reducido a cero. Pasaban tiempos juntos en la escuela, pero fuera de ella, difícilmente.  

Bufó y acomodó uno de sus rebeldes mechones de cabello rojo tras su oreja.

Bien, quizás era el karma devolviéndole la jugada por haber dudado de su relación con Ulquiorra en un principio.  Pero, ¿es que enserio no iban a poder estar juntos sin problemas de por medio? Si no era ella con sus dudas, era él con su extraño comportamiento.

— Tranquila Hime, estoy segura de que Ulquiorra no te engaña, no te preocupes — murmuró Nel, dándole un apretón a la espalda de la pelirroja, tratando de animarla.

— Yo también sé que él no sería capaz de hacer nada así — contestó la pelirroja — es otra cosa la que me preocupa, peor ni yo misma sé qué es.  — se dijo más para sí misma que para la peli verde.

La pelirroja aceleró un poco más su paso al percatarse de que iba llegando tarde a clases. Como era costumbre ya a esas horas, los pasillos estaban en su totalidad desiertos y los alumnos que de igual manera que ella, iban tarde, caminaban a un paso aún más acelerado para llegar a tiempo.

A lo lejos, antes de llegar a su respectiva aula, pudo divisar un pequeño grupo de 4 personas. Intentó forzar a su vista para ver mejor, y logró percatarse de que se trataba nada más y nada menos que de Ulquiorra y de otras tres personas fueras de la oficina del director. Una de las tres personas restantes era sin duda el director, y las otras dos… ¿podrían ser los padres del chico? Al parecer sí. Un hombre alto y delgado, de facciones serias y de cabello negro y corto de tez clara, junto una señora “estirada” de facciones finas y elegantes de cabello igual negro, largo y lacio, los dos vistiendo formalmente. Ambas personas desprendían un aura de superioridad innegable y tenían un parecido bastante grande a Ulquiorra, quien estaba posicionado a un lado de ellos, con ropa normal, sin su uniforme, cosa que a Orihime le pareció rara.

Orihime de repente se puso nerviosa, pues inevitablemente tenía que pasar por ellos para ir a su salón. Reacomodo más su cabello y apretó fuertemente sus libros en sus brazos.

Entonces, un fuerte brazo la agarró por los hombros, sobresaltándola. Giró un poco su rostro y descubrió que era Ichigo quien la había tomado por sorpresa.

Pray; UlquihimeWhere stories live. Discover now