[pasense por mi nueva historia de Dabi/Hawks o me mato💀 btw, anuncio importante sobre esta historia al final]
Sus piernas temblaban, básicamente ella era un manojo de nervios. Incluso una vez el pro héroe se hubo marchado, permaneció mirando perdidamente la puerta.
Seguía sin creer lo que había hecho. Lo había besado.
¡Lo había besado!
Y lo mejor de todo...
¡Es que había sido respondida!
Sin duda alguna estaba realizada o ese sería el parecer de cualquier fangirl del héroe número dos, Hawks. Pero honestamente, ¿cómo se atrevería a volver a mirarlo a los ojos?
¿Las cosas cambiarían entre ellos dos después de esto?
De ninguna forma podía ilusionarse tan rápido.
La puerta principal de los dormitorios se abrió casi al instante que ella acercó una extremidad al picaporte, claramente alguien más había abierto la puerta.
— Bonita noche, ¿no? —aquella mirada inexpresiva sobre ella, una bata que bien podía ser acompañada de una cómoda pijama, una taza de café en una de sus manos... Si ese era el profesor y tutor de Nozomi, Aizawa Shota.
La de hebras blancas tensó su mandíbula... ¿Él acaso los había estado espiando todo el rato?
— Aizawa-sensei —murmuró ella, aún con el nervio en la garganta.
— Entra —se mueve de la entrada para darle acceso a Nozomi —te has tardado una vida allá afuera. Las cámaras fueron testigo de lo que ocurrió —arquea una de sus cejas, sin esperar una explicación.
La ojigris entra a paso lento y tembloroso, escuchando a sus espaldas como el mayor cierra la espalda a sus espaldas.
— Si... Bueno, nada de que sorprenderse...
— ¿Ya están saliendo? —interrogó el azabache, mirando de una forma expectante a la menor.
Vamos, tenía que saberlo. Tanto tiempo sospechandolo para no ser cierto.
— ¡Por supuesto que no! Tan solo... ¡Tan solo se le ha metido una basurita al ojo! —ella apunta una de sus orbes con su dedo índice, intentando de justificar sus actos.
Aizawa inevitablemente dejó ir una absurda risita.
— Yo también tuve su edad, Nozomi-chan —le guiñó un ojo y seguidamente dejó ir un suspiro —igual no tienes que apresurarte en dar explicaciones. Disfruta el momento —ella comenzó a sentirse incomoda. Que su maestro le dijera esto... Era extraño e inusual —ahora ve a dormir, te recuerdo que estos son tus últimos días a su lado. Tu tiempo de entrenamiento con un pro héroe está por concluir.
Joder, tanto tiempo que había estado intentando de omitir ese momento y este hombre venía y le refrescaba su memoria.
— Lo sé —hablo entredientes, no muy alegre —buenas noches, sensei —Nozomi lo ve por última vez para caminar directamente hacia las escaleras, tomando rumbo hacia su habitación.
El tiempo a un lado de Hawks se le había pasado increíblemente rápido. En un abrir y cerrar de ojos sus caminos se separarían y por supuesto que no estaba lista para eso. Él se había vuelto una persona tan importante en su vida durante todos esos enteros días de verse a la cara.
¿Quién demonios iba a ser su distracción?
Su sol.
Su paso se detuvo y su entrecejo de frunció cuando divisó a un rubio cenizo sentado en los últimos escalones de las escaleras que conectaban con el pasillo de su dormitorio.
