Parte 13: Malas sensaciones

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════ Dos días después ════


Santino D'Antonio se encontraba entrando en aquel palacete tan hermoso.

Palacete bien custodiado desde sus inmensos jardines hasta cada una de las estancias que en él había. Nada más pasar el gran portón de metal pudo vislumbrar como en la estancia tan amplia que se habría ante él se hallaba en medio de todo, una enorme mesa ovalada.

Una mesa acompañada por 4 sillas en cada una de los cantos de la mesa. 3 de las sillas ya estaban ocupadas y justamente la que más cerca de él estaba era la que le correspondía. Una silla con un respaldo enorme que daba por encima de las cabezas de las personas sentadas en ellas. Con un par de reposabrazos, bien mullidas y acolchadas para que la persona que se sentara en ella no solo estuviera cómoda, sino también que se sintiera importante.

Importante ya que las cuatro sillas pertenecían a los 4 mandos más altos de La Alta Mesa.

Y la silla que estaba de espaldas a él, era la suya. Al fin suya.

La había ganado por derecho.

Derecho que obtuvo cuando mandó asesinar a su hermana.

Le dolía si, pero era necesario, todo por ese momento. Todo por su sitio.

Con una enorme sonrisa de oreja a oreja fue acercándose a la silla para poder sentarse de una vez por todas en su sitio. Su sorpresa fue grande a medida que avanzaba y observaba como en el reposabrazos había un brazo, significaba que alguien estaba sentado en SU sitio.

Su sonrisa se fue desvaneciendo mientras se acercaba hasta estar al lado de la persona que ocupada su silla y su sorpresa fue bastante grande.

– ¿Winston?

El nombrado miró a su izquierda observando la cara de estupefacción de Santino.

– Buenos días Santino D'Antonio.

– ¿Qué haces aquí? Y para ser más concretos ¿qué haces en mi puesto?

– ¿Acaso no se lo han informado? – Preguntó Winston sin tan siquiera mirarlo, cosa que empezaba a cabrear más si era posible a Santino.

– ¿De qué se supone que tendrían que informarme?

– De que este puesto en La Alta Mesa ya no le corresponde. Tras ver sus actos donde mandó asesinar a su hermana de sangre solo por obtener un puesto en La Alta Mesa, se ha decidido que dicho puesto le será revocado. Si bien podría verse como un acto de lealtad hacia ésta, la falta de compromiso por respetar las normas de sucesión y la lealtad que debería guardar a su propia familia, La Alta Mesa ha decidido que actuó por egoísmo y no por lealtad cómo podría interpretarse. Fue un acto inmaduro, imprudente y no tuvo las suficientes agallas para ejecutarlo usted mismo. Sino que tuvo que recurrir a un hombre que ya se encontraba retirado y de luto. Así es, me refiero a BabaYaga. Y no solo le fue suficiente eso, sino que se escondió en El Continental cuando John Wick terminó de saldar su Pacto de Sangre, como el cobarde que usted es señor Santino D'Antonio. – Fue explicando Winston y al terminar se levantó de su asiento para encararse al hombre, dando así la espalda a la mesa con el resto de personas allí sentadas. – Cómo comprenderá, todas esas cualidades que dejó ver ante nosotros no son cualidades que queramos tener en este lugar. Las bases deben ser firmes, sólidas, con principios, con honor con... lealtad. Y nada de eso muestra usted, parece un niño malcriado con una rabieta porque no le han dado el sitio que él mismo cree que le corresponde por derecho. Este puesto se lo tiene que ganar a base de su propio trabajo, no a costa de sangre. Incluso si esa sangre es parecida a la que corre por sus venas. Así que le pido por favor que se retire de este lugar puesto que es una propiedad privada y no ha sido invitado. No tiene nada que hacer aquí.

El corazón no olvidaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt