Capítulo 120

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"Verdades no contadas"

—¿Y Harry?

—Durmiendo, creo.

—¿No volverá a su casa? —preguntó Hermione, sorprendida.

—Sí, pero irá por red flu. Por el nivel de seguridad que tiene el Ministerio sobre él, Harry no puede volver en el tren —explicó Theo.

—Debe ser horrible para él tener el Ministerio controlando sus pasos, más con lo que pasó...

—Está molesto, pero dice que al menos no tendrá que estar sentado hasta la noche en un vagón de tren.

—Suertudo —refunfuñó Ron.

—Gracias.

Harry se río entre dientes de la expresión de sus amigos y se sentó a su lado, esperando con ellos el carruaje.

Hablaron un rato más y ayudó a sus compañeros a subir su equipaje antes de volver hacia el castillo a buscar sus cosas para llevarlas a la oficina del profesor Snape, donde vio aparecer a Kreacher, que luego se llevó su baúl. Agradecido por no tener que llevarse su baúl en la red flu, Harry se sentó en el sofá de la sala de su padre para hablar un poco con él, queriendo aclarar unas cosas antes de tener que ir a la casa. 

Snape no protestó cuando Harry fue a sentarse, y solo mandó traer algo para que pudieran desayunar allí antes de sentarse en frente de su hijo, un poco curioso sobre lo que quería hablar. 

Ya dándose cuenta de que Harry no iba a hablar primero, soltó un pequeño suspiro, acomodándose mejor en su lugar. 

—¿Hay algo que necesites decirme, Harry?

 Él no respondió de inmediato, y se dio cuenta de que no era solo que Harry no iba a iniciar por costumbre, sino que estaba pensando en algo. Sea lo que fuera, no parecía gustarle, porque frunció el ceño. 

Finalmente, asintió con la cabeza, enderezándose en su asiento para mirarlo directamente, aunque casi de inmediato apartó la mirada, seguramente incómodo por el pequeño contacto visual. 

—Sobre la profecía... 

Severus abrió un poco los ojos antes de fruncir el ceño, asintiendo levemente para que Harry continuara, cosa que hizo tras tomar aire. 

—Quiero escucharla con ustedes. Quiero que sepan de qué trata, y yo... 

Frunció los labios y cerró los ojos, sintiendo que las mejillas se le calentaban un poco, mientras trataba de calmarse, soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo. Levantó la cabeza, pero no con una mirada decidida, sino de súplica. 

—No quiero escucharla solo... Necesito que estén conmigo cuando lo haga. 

No habría forma que Severus hubiera logrado adivinar qué era lo que quería Harry, y definitivamente no habría esperado que dijera algo como eso. No se hubiera imaginado que el chico tenía ya la suficiente confianza en ellos para pedir algo, y aunque no fuera a mencionarlo, no negó que aquel pequeño gesto de mejora en su hijo le calentó el corazón.

—Iré a Prince Manor a la hora del almuerzo, allí hablaremos con Regulus, y te contaremos todo, tal como prometimos.

Asintiendo, Harry se levantó, y pareció querer hacer algo, por la forma en la que se movió, pero solo volvió a repetir el gesto de asentir con la cabeza y se dirigió a la chimenea, donde, a un costado, ya estaban preparados los polvos flu. 

—Por cierto, Newt viene conmigo. 

Desconcertado, y antes de que preguntara a quién se refería, Severus vio que algo en el bolsillo de su hijo se asomaba, descubriendo así que Newt era un bowtruckle. 

Insecurity [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora