Alternativamente, una nueva bandera se levanta (EN REVISIÓN)

Capítulo 10: Idiotas, exámenes y gafas

Viernes. Noche. Distrito comercial.

Y henos aquí, en el distrito comercial. 

Aunque se acercan los finales, todavía tengo mi trabajo a medio tiempo. Me dejaron faltar al trabajo la semana de los finales y la semana anterior, aunque si les suplicaba, probablemente también me hubieran dejado faltar esta semana; pero, algo en mí decidió que no era una muy buena idea. 

Supongo que es hora de que mi conciencia empiece a atormentarme. Así que por hoy, decidí pasar un tiempo en la biblioteca pública hasta que comenzara mi turno, y luego de salir del trabajo, probablemente estudié un poco el resto del día. Es el plan perfecto.

Pero antes que nada, supongo que solo echaré un vistazo a la tienda de videojuegos por un momento. No es gran cosa, solo iré a verificar si tienen juegos nuevos, no va a tomarme mucho tiempo.

...

"Rayos..."

Echo un vistazo a mi teléfono, ha pasado media hora desde que llegué a la tienda de videojuegos. Realmente debería irme ahora.

Cuando salgo, el aire de principios de la primavera me recorre cada hebra de cabello, enviando un escalofrío a través de mi cuerpo. La luz del sol atraviesa la superficie de las calles y las recubre de un solemne color naranja. El olor de un yakitori* cercano se arrastra débilmente en el aire, despierta mis sentidos. El sonido de los pasos resuena alrededor; ciertamente está ajetreado, pero al mismo tiempo, extrañamente silencioso. Una noche normal, diría yo; pero lo que viene a continuación no es muy común; por los exámenes finales, por supuesto.

(Nota del traductor: Son brochetas de pollo al estilo japonés).

Arrastro los pies sobre la superficie de concreto, haciendo todo lo posible por detener el tiempo. La brisa etérea que una vez quemó mi piel se ha vuelto ligeramente agradable. Dejo que mis ojos escaneen inconscientemente el flujo de personas frente a mí en un intento de llenar mi enfoque.

"Hikio"

La palabra repentina me da un ligero susto. Esa voz y ese apodo solo pueden pertenecer a una sola persona.

Al girar la cabeza, veo una vez más una cara con la que estoy familiarizado, tal vez demasiado familiarizado en este momento. Sus cabellos dorados fluyen ligeramente con el viento, y sus brillantes ojos verdes me miran, luciendo un poco molestos.

"Miyu" Intento saludarla de una manera casual, pero no puedo evitar parecer sorprendido.

"Sé que deberíamos evitar vernos en público, pero no ignores así a tu compañera de clase" Su voz es aguda, pero lo suficientemente ligera como para dejarse llevar por el viento.

"No entiendo lo que quieres decir"

"Te vi mirándome, pero luego te alejaste y seguiste caminando, ¿Dónde están tus modales básicos?" Miyu pone sus manos en su cintura mientras me reclama.

"Uh... no... No creo que haya estado mirándote. De hecho, eres tú la que me sorprendió"

"Pero claramente estabas mirando en mi dirección" Ella eleva su tono.

"¿Dónde dices que estabas?"

"Por ahí"

Miyu señala al otro lado de la calle.